Irán ha lanzado con éxito el misil de prueba tierra-tierra, Sayil 2, con un radio de alcance de unos 2.000 km, haciendo caso omiso a las recomendaciones internacionales.
"El misil Sayil 2, que cuenta con una avanzada tecnología, fue lanzado este miércoles y ha aterrizazo exactamente en el blanco previsto", ha dicho el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad durante una visita al norte de la provincia de Semnan.
Para el presidente iraní, "Hoy, la República Islámica ha conseguido un nuevo hito en lo que respecta a la fabricación de cohetes. Es un nuevo y gran éxito de la Organización Aeroespacial Nacional".
Con un alcance de 2.000 kilometros, es capaz de alcanzar el espacio exterior y también le permitiría alcanzar Israel y bases de EE.UU. en el Golfo.
Según Ahmadineyad, a quien cita la agencia de noticias local Mehr, el Siyil-2 es una nave compuesta de dos cápsulas capaz de atravesar la atmósfera y colocarse en órbita gracias a que está alimentada con "combustible sólido".
"Este combustible la hace más potente. Primero es lanzada, y antes de cruzar la atmósfera pierde una de sus partes mientras que la otra alcanza el punto a donde tiene que llegar", ha explicado Ahmadineyad a los miles de asistentes al acto.
Occidente en alerta
El anuncio suscita preocupación en Occidente por las ambiciones militares de Irán. Estados Unidos y sus aliados sospechan que la República Islámica está buscando construir bombas nucleares aunque Teherán niega la acusación.
Washington ha dicho que la prueba pone de manifiesto la necesidad de un sistema de defensa antimisiles ante una posible guerra y para ello planea como base a Polonia y a la República Checa para contrarrestar las amenazas de lo que llama "Estados delincuentes".
Irán puso en órbita su primer satélite de comunicaciones de fabricación íntegramente nacional el pasado mes de febrero, hecho que disparó las alarmas sobre los avances conseguidos en su programa de misiles balísticos.
Sin embargo, la comunidad internacional, con Estados Unidos, Israel y las principales potencias europeas a la cabeza, temen que el régimen de Teherán oculte, bajo su programa nuclear civil, un supuesto proyecto militar destinado a dotar estos misiles con cabezas nucleares.
Irán sufre un estricto embargo de armas internacional desde hace tres décadas, pero las sanciones no han impedido que desde 1992 haya puesto en marcha un exitoso programa nacional armamentístico.