El aclamado físico Stephen Hawking está "muy enfermo" y ha sido ingresado de urgencia en un hospital de Cambridge, en cuya pretigiosa universidad ejerce como profesor. La noticia la ha dado la propia insititución educativa, aunque no ha precisado el motivo exacto de la hospitalización.
Hawking, de 67 años y en silla de ruedas por una enfermedad degenerativa, ha estado "indispuesto durante dos semanas", según informa la BBC. El profesor trabaja en el departamento de Matemáticas Aplicadas y Física Teórica en la Universidad de Cambridge desde hace más de 30 años.
"El profesor Hawking está muy enfermo y ha sido trasladado en ambulancia al Hospital Addenbrooke", señala el escueto comunicado. "Todos esperamos que esté pronto entre nosotros", ha dicho Peter Haynes, director de su departamento.
Hawking, contrajo el virus causante de su esclerosis lateral amiotrófica en un viaje a Oriente Medio en los años setenta. Esta enfermedad, que afecta al sistema nervioso y muscular, suele acabar con el enfermo en pocos años, pero Hawking es un caso extraordinario de supervivencia.
El científico canceló hace unos días un acto en Estados Unidos y regresó el sábado al Reino Unido. Según el diario The Guardian, ha sufrido una "infección en el pecho".
Superación y lucha cultural
El británico es uno de los grandes divulgadores de la historia de la ciencia. Su obra Historia del Tiempo (más tarde reeditada como Brevísima Historia del Tiempo, más acorde con su título original A Brief History of Time) fue uno los de los libros de no ficción más vendidos... aunque sus teorías también han dado pie a escenarios de ciencia ficción, sobre todo por su revolucionaria aproximación a los agujeros negros.
Una de sus últimas apariciones públicas, en septiembre pasado, fue en España para dar una conferencia en Santiago de Compostela, como siempre a través del sintetizador que convierte en voz a sus limitadísimos movimientos. Entre sus reflexiones destacaron dos: que las leyes científicas "no dejan mucho espacio para milagros o para Dios" y que el futuro del ser humano está en el espacio.
Entre sus inumerables reconocimientos, tiene el premio Príncipe de Asturias (1989), aunque no en la categoría de Investigación sino de la Concordia. El jurado valoró su "lucha en favor del progreso y contra la ignorancia" y su batalla por la superación personal.