Unas semanas después de que un avión lograse amerizar sin heridos en pleno río Hudson, en la ciudad de Nueva York, un pequeño avión ha vuelto a realizar un aterrizaje de emergencia sobre la superficie, en este caso del mar, frente a las costas de la ciudad australiana de Darwin.
Ninguno de los cinco pasajeros que viajaban en el aparato ha sufrido daños, gracias a la pericia del piloto, que ha posado el avión sobre las aguas tras constatar problemas en los propulsores del bimotor.
Las autoridades australianas han abierto una investigación para aclarar el accidente.