El piloto del vuelo 1549 de US Airways, que amerizó este jueves sobre las gélidas aguas del Río Hudson, puede considerarse todo un héroe, pues su hazaña ha salvado la vida a los 150 pasajeros y los cinco tripulantes que viajaban a bordo.
Además, no abandonó el avión hasta asegurarse de que ninguna persona quedaba dentro y supo mantener la calma en todo momento.
Arriesgada maniobra
Un amerizaje de emergencia producido por cualquier otra cuestión técnica y a mayor altitud permite disponer de un tiempo fundamental para estudiar y efectuar la maniobra con más garantías, pero, en este caso, ha sido muy arriesgada según un experto de Air Europa. "Ha requerido mucha pericia y una altísima capacidad de reacción, ya que se produjo minutos después de despegar".
Un amerizaje consiste en procurar acercarse al agua a la menor velocidad posible y estabilizar el aparato, tanto horizontal como verticalmente, para que la estructura del avión no se vea afectada y pueda mantenerse a flote sobre el agua.
La maniobra también se basa en el tiempo de reacción disponible. En el caso de Nueva York, en el que todo apunta a que la causa fue el impacto con un grupo de aves mientras el avión despegaba, el aparato había alcanzado poca altura y el tiempo para pensar fue muy escaso. El experto ha señalado que tanto el pasaje como la tripulación "tuvieron mucha suerte".
El héroe
El nombre del piloto es Chesley "Sully" Sullenberger, de Danville (California) y 67 años de edad, según declaraciones de su esposa a la agencia Reuters. El New York Daily News publica que se trata de un veterano de la aviación militar. Sullenberger es un antiguo piloto de combate de la Fuerza Aérea con 40 años experiencia en vuelo, de acuerdo con el sitio web de una empresa de seguridad que fundó.
Reconocimientos
El piloto ha recibido elogios de las más altas autoridades, empezando por el presidente, George W. Bush, que ha alabado en un comunicado la "pericia y el heroísmo de la tripulación". Otros políticos han propuesto ya que sea condecorado.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que también se trasladó a la zona del accidente, ha calificado su labor como "maravillosa". Bloomberg ha dicho que ha tenido ocasión de hablar con el piloto del avión y que éste le había confirmado que antes de salir del aparato lo recorrió entero dos veces "para comprobar que no quedaba nadie dentro".
Los propios pasajeros han alabado la labor de este hombre, cuya profesionalidad les ha salvado la vida convirtiendo una tragedia en un milagro.