"Sé que me van a criticar, ¿qué importa?, pero nuestra sociedad está enferma, muy enferma". Así se ha expresado el cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, en una homilía esta domingo en la catedral de Toledo, donde se ha referido al rechazo esta semana de la Mesa del Congreso de los Diputados a la instalación de una placa en homenaje a la monja sor Maravillas y a la sentencia que obliga a retirar los símbolos religiosos del colegio público Macías Picavea de Valladolid.
"Lo que ha acaecido a propósito de una memoria en la que fue casa de santa Maravillas o la sentencia de supresión en un colegio de Valladolid de los crucifijos son hechos en los que se denota una cristofobia que, en definitiva, es el odio a sí mismos", ha denunciado el prelado.
Contra el aborto
Cañizares ha hecho otra alusión a un tema polémico, la posible reforma de la ley del aborto, que, en su opinión, es "un crimen abominable" y "el punto emblemático que pone de relieve la enfermedad que padecemos".
"Aunque en este punto, por qué no decirlo, se ha encendido una pequeña luz en nuestros días en el país hermano de Uruguay", ha añadido el cardenal Cañizares.
Así, sin mencionarlo, ha hecho referencia al veto del presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, a la reforma legal para la despenalización del aborto, veto que este viernes no pudo levantar la asamblea general parlamentaria uruguaya.
Crisis "más hondas"
En conjunto, Cañizares ha considerado que "se quiere imponer una nueva cultura" que "cambia la visión que nos da identidad y nos configura, recibida de nuestros antecesores".
Según Cañizares, "son tiempos recios y difíciles los que atravesamos" porque "a la situación de crisis económica (...) se unen otras crisis más hondas, de las que la económica es un reflejo visible".
El cardenal ha dicho que hay "crisis del sentido de la vida, crisis humana, moral y de valores universales, crisis espiritual y social y crisis del sentido de la verdad"