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El futuro de Christiania, en los tribunales

  • Comienza el juicio entre Dinamarca y el 'Estado libre' de Christiania

  • Determinará si sus 800 habitantes tienen derecho a vivir en este asentamiento

  • El Gobierno quiere cambiar la organización y establecer contratos de propiedad individuales

  • Christiania fue reconocido parcialmente como Estado en 1982 y tiene su propia ley

  • Enclavado en el centro de Copenaghe, es el tercer destino más turístico de la ciudad

EFE
4 min.

La Audiencia Nacional del Este de Dinamarca ha iniciado este lunes el juicio que deberá determinar si las cerca de 800 personas que residen en el 'Estado libre' de Christiania tienen derecho a vivir en este asentamiento nacido hace 37 años en Copenhague y gobernado como una comuna de inspiración anarquista.

El punto central es la reforma de la 'Ley de Christiania' aprobada por el Gobierno en 2004, que rescindió el derecho colectivo de usufructo de los 'christianitas' a vivir en estos antiguos barracones propiedad del Ministerio de Defensa que fue reconocido parcialmente por el Estado en la década de 1980.

Los habitantes de Christiania consideran que ese derecho no se puede rescindir por los compromisos sobre su irrevocabilidad dados por los distintos gobiernos, y por eso han demandado a la Agencia de la Propiedad Estatal, responsable desde 2004 de la zona. El Gobierno niega tal extremo y querer acabar con Christiania: su objetivo es cambiar su forma de organización, establecer contratos de propiedad individuales y ampliar la superficie edificable de este área de 34 hectáreas en el centro de Copenhague.

Pero ese cambio sería su fin, según su abogado, Knud Foldschack, ya que toda la estructura descansa en el derecho colectivo, la ausencia de propiedad privada y la democracia de consenso. "Quince gobiernos y 11 ministros de Defensa han aceptado por la existencia de Christiania. Ha habido más de 10 interpelaciones sobre la cuestión en el Parlamento a lo largo de los años, donde se ha confirmado el derecho de usufructo de forma estable", dice.

Cuatro años de negociaciones frustradas

El juicio es el colofón a 4 años de negociaciones frustradas entre Estado y Christiania, que se han intercambiado infinidad de propuestas pero han sido incapaces de ponerse de acuerdo, pese a que la fundación Realdania aceptó comprar toda la superficie edificable y respetar el carácter de "experimento social" del asentamiento.

En la base del desacuerdo subyace una cuestión ideológica: el Estado no acepta el derecho de usufructo colectivo, que Christiania controle la ampliación ni siga funcionando de forma asamblearia. Los 'christianitas' pagan a la caja común de la "ciudad libre", como se la conoce, una cuota por el usufructo, aparte de abonar al ayuntamiento los servicios de luz, alumbrado y recogida de basuras.

Desde que un grupo de jóvenes, en plena explosión del espíritu de 'mayo del 68', rompió las vallas de estas instalaciones abandonadas para crear una comuna autónoma, su historia ha estado marcada por su relación cambiante con las autoridades, oscilando entre la confrontación, el consentimiento implícito o el reconocimiento.

Christiania consiguió sus derechos en 1982

Christiania ya perdió un caso en los tribunales en 1978, 3 años después de haberse aprobado su desalojo, pero las movilizaciones masivas a su favor convencieron al Parlamento de aplazar esa medida e incluso sancionar en 1982 su derecho a vivir allí indefinidamente. En 1989 se aprobó la 'ley Christiania', que aceptó conservar el asentamiento, supeditado a una futura legalización y normalización.

Normalizar Christiania pasó a ser objetivo central del Gobierno con la ascensión al poder en 2001 del liberal Anders Fogh Rasmussen: impulsó la nueva ley y acabó con 'Pusher Street', popular calle de Christiania donde se vendían abiertamente derivados del cannabis. A pesar de la presencia habitual de policías en la zona, la venta de hachís y marihuana no ha cesado nunca en Christiania, cuyos habitantes defienden mayoritariamente legalizar estas sustancias.

Bajo el Gobierno de Rasmussen han sido frecuentes los enfrentamientos con la Policía: el último hace apenas una semana por el desalojo de una vivienda, una acción considerada una "provocación innecesaria" por los 'christianitas' ante la proximidad del juicio.

Gran afluencia turística

Tercer lugar más visitado por los turistas, tras 'La Sirenita' y el parque de atracciones Tivoli, Christiania goza de gran popularidad entre los daneses, especialmente los de Copenhague, por su carácter abierto y alternativo y su oferta cultural.

Cuenta con restaurantes y cafés, su mercado navideño es uno de los famoso del país y en algunas de sus salas de conciertos han actuado Bob Dylan, Patti Smith o Rage Against the Machine. El respaldo del mundo de la cultura ha quedado de manifiesto en discos y canciones de apoyo de populares cantantes; y las camisetas con el lema 'Bevar Christinia' (Conserva Christiania) son ya prendas clásicas, al igual que sus famosas bicicletas con carrito.

Y no sólo los apoyos le llegan de la izquierda: el candidato a las elecciones europeas por el Partido Liberal de Rasmussen, Jens Rohde, dijo ayer que no tenía sentido normalizarla y que debía haber libertad para otras formas de vida alternativas.

La audiencia tiene ahora fijadas 12 sesiones para tratar el caso, y se espera que haya una sentencia en enero, aunque si el fallo es contrario, Christiania ya ha anunciado que recurrirá al Supremo, con lo que el proceso se podía demorar dos años.

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