Hasta un total de 19 extranjeros de 11 nacionalidades diferentes han sido víctima del trágico accidente del vuelo de Spanair JK5022, según ha confirmado la vicepresidenta del Gobierno.
Entre ellos hay cinco alemanes, dos franceses, una búlgara, dos colombianos, un italiano, un gambiano, un turco, un mauritano, un brasileño, una sueca, además de un indonesio. Asimismo, una mujer finlandesa y otra colombiana han sobrevivido al trágico accidente que ha segado la vida a 153 personas.
Alemania
El hecho de que el vuelo se dirigiera a las Islas Canarias hizo suponer desde un primer momento que habría muchos extranjeros entre las víctimas. Cuatro de los alemanes fallecidos pertenecen a una misma familia residente en la localidad bávara de Pullach, en el sur del país germanO.
Al parecer los fallecidos son Gerd M., de 50 años de edad, su esposa Claudia de 38 años y los dos hijos del matrimonio, Lucas y Niklas, de 8 y 5 años de edad, respectivamente.
El domiclio de esta familia en Babiera se halla acordonado por la polícia, que ya ha activado un operativo para asistir psicológicamente a los familiares.
Francia
Uno de los tres franceses fallecidos en el accidente se llamaba Pierrick Charilas y fue subcampeón de Europa de aerobic en 2001. Junto a él viajaba acompañado su hijo, Ethan, de tan sólo cuatro años, según informa el diario galo 'Le Parisien'.
El deportista, de 30 años de edad, residía en la localidad de Lognes, en el departamento de Seine-et-Marne, próximo a París. Allí impartía clases de gimnasia. El fallecido "fue miembro del equipo de Francia de aerobic" con la que "ganó una medalla de plata y otra de bronce en los campeonatos de Europa de 2001 y 2003".
Charilas era amigo de Doménico Riso, la única víctima italiana del fatídico accidente que desde hace 10 años vivía en París. Los dos viajaban a Gran Canaria de vacaciones.
El Ministerio de Exteriores francés había confirmado previamente que había tres ciudadanos galos entre las víctimas mortales del accidente, pero no quiso revelar sus identidades, aunque sí se sabe que una de ellas es una franco-española.
Italia
Los familiares de Domenico Riso, de 41 años y única víctima italiana en el accidente, viajarán a la capital española entre hoy y mañana para reconocer el cadáver y gestionar su repatriación a Italia, según informaron los medios italianos.
Riso era originario de Isola delle Femmine, localidad de 7.000 habitantes situada en la isla de Sicilia.
"No sabíamos que Domenico estaba de vacaciones ni tampoco que se encontrara a bordo de ese avión. Hace dos días nos dijo que cogería las vacaciones pero sin concretar más detalles", explicó un familiar del fallecido al diario italiano 'Corriere della Sera'.
Riso trabajaba como asistente de vuelo para la compañía aérea franco-holandesa Air France-KLM.
En la lista de pasajeros del avión hecha pública por Spanair, junto al nombre de Domenico Riso aparecía inicialmente la palabra 'niño', por lo que en un primer momento se pensó que se trataba de un menor. Tras conocerse su identidad real, esta posibilidad quedó descartada, pero empezó a emerger la hipótesis de que el italiano hubiera emprendido el viaje con un niño.
De hecho, algunos medios italianos, como el diario 'La Repubblica', recogieron el testimonio de un primo del fallecido que aseguraba que Domenico tenía un hijo. Sin embargo, en la lista de pasajeros no aparece ninguna otra persona que también se llame Riso de apellido.
Por su parte, el alcalde de la localidad aseguró no tener constancia de ello y además, dijo, los familiares más allegados "desmienten" esta posibilidad.
Brasil
El jóven brasileño Ronaldo Gomes Silva, de 25 años, también figura entre las víctimas. Según la prensa carioca, estaba casado por una ciudadana española que también habría fallecido en el accidente y que, según las autoridades brasileñas, responde al nombre de Ianina Celisdoizoyki.
La pareja viajaba a Canarias tras su luna de miel en Brasil para conocer a los familiares de la novia, según la hermana del fallecido, que explicó que Gomes Silva trabajaba en Londres desde 2004, donde había llegado sin papeles pero que tras su matrimonio tenía previsto volver a Reino Unido "como europeo".
Turquía
La única víctima turca se llamaba Mustafá Erdill, de 66 años, y se encontraba en España en viaje de negocios, motivo por el cual se dirigía a Las Palmas, según fuentes de la embajada turca, que señalaron que su hijo llegará a Madrid esta noche.
Mauritania
Demba Diawara, de origen mauritano, era un empresario que se dedicaba al negocio de la pesca. Vivía a caballo entre su país natal y Gran Canaria. Al parecer, solía ir al dentista en una clínica de la isla y gracias a un análisis dental le han podido reconocer.
Bulgaria
Otra de las extranjeras fallecidas es la búlgara Antoaneta Stanimirova, una mujer de unos 40 años residente en Gran Canaria y que deja huérfano de madre a Martín Mario Kozhuharov, un joven de alrededor de 15 años, delantero del Real Madrid Cadete A. Stanimirova cogió el avión para regresar a Gran Canaria, donde residía su esposo y el resto de su familia, tras pasar unos días con su hijo.
Colombia
De origen colombiano, Gladis Ospina viajaba con su marido español. Los dos han fallecido en el accidente. Además, otro hombre de nacionalidad colombiana murió al estrellarse el avión, aunque su hijo de ocho años ha sobrevivido y se encuentra ingresado en el Niño Jesús.
Ligia Palomino Riveros, una médico colombiana de 42 años, también iba a bordo del avión, pero corrió más suerte que sus compatriotas. Hija de la periodista Ligia Riveros, de unos 42 años, sufre una factura del fémur izquierdo y su estado no es grave, algo que también confirmó su hermana, Fernanda Palomino, tras visitarla en el hospital madrileño Ramón y Cajal.
Finlandia
Entre los supervivientes se encuentra Anna Maij Stefanides, una finlandesa de 56 años residente en Suecia ingresada en el hospital Ramón y Cajal, que sufre traumatismo craneoencefálico y policontusiones, pero cuya vida no corre peligro según un portavoz de la embajada de Suecia. Ha sido operada de fracturas en las dos piernas. Según ha relatado, salió despedida del avión después de escuchar un fuerte golpe.