El socialista Manuel Chaves ha sido elegido presidente de la Junta de Andalucía por sexta vez consecutiva tras 18 años en el cargo. Si agota la legislatura hasta 2012, cumplirá más de 20 años al frente del ejecutivo andaluz.
Lo ha conseguido en primera votación gracias al voto de los 56 diputados del PSOE en el parlamento autonómico, ante los que no ha servido de nada la oposición de 46 de los 47 diputados del PP -faltó el cordobés Bartolomé Madrid Olmo- y de los seis de IULV-CA.
Al término de la votación, Chaves se ha dirigido a saludar a los líderes de la oposición, Javier Arenas (PP) y Diego Valderas (IULV-CA), mientras recibía una cerrada ovación de la bancada socialista.
Pese a su larga trayectoria en el gobierno andaluz, ésta es la tercera vez que ha logrado ser elegido sin apoyo de otros grupos parlamentarios, ya que en 1996 y 2000 fue elegido presidente con el apoyo del PA, que en esta legislatura estará ausente de la cámara autonómica.
El líder socialista tomará posesión de su cargo el próximo 19 de abril en un acto que se desarrollará en la sede del Parlamento andaluz, mientras que su nuevo Gobierno lo hará el 21.
Gobernar para todos
En su discurso de investidura, Chaves se ha comprometido a "gobernar para todos" en esta legislatura tomando como base el "proyecto de futuro" con el que concurrió a las elecciones autonómicas del pasado 9 de marzo.
Además, ha ofrecido consenso a los grupos de la oposición para el desarrollo del Estatuto de Autonomía, con especial hincapié en los derechos sociales; la modernización de servicios fundamentales; la financiación autonómica; y el director de la RTVA.
Frente a estas llamadas al diálogo, el presidente del Grupo Popular, Javier Arenas, ha aprovechado el debate para trasladar al ya presidente andaluz que acepta la oferta de pactos y de diálogo permanente con los partidos de la oposición que lanzó, si bien le advirtió de que le concede la "más mínima credibilidad".
Por su parte, el portavoz parlamentario de IULV-CA, Diego Valderas, ha destacado que Chaves afronta esta nueva legislatura "con menor crédito electoral y político", si bien quiso dejar claro que el voto negativo de su grupo a la investidura "no cierra la puerta a acuerdos".