El Inter lo veía venir. "El Atlético se transforma en casa", advirtió en la previa Simone Inzaghi, técnico del Inter de Milán. Lo sabía Inzagui, lo sabía Simeone y lo sabían los 69.196 aficionados que abarrotaron el Metropolitano para batir su récord de asistencia en una noche inolvidable.
El Atlético sumó este martes su 19ª victoria en 21 partidos en su feudo esta temporada. Dio igual que el Inter marcara primero, que el Atlético tuviera que forzar una prórroga o que llevase al límite las capacidades cardíacas de los hinchas colchoneros con una tanda de penaltis definitiva. El Atlético, en casa, es otro.
El Inter cayó y el Atlético está de nuevo en unos cuartos de final de la Champions. Todo un chute de energía para un equipo que no llegó al partido en su mejor momento, precisamente. Pero la conjura local convirtió a sus jugadores en aviones.
Espectacular rendimiento rojiblanco
El rendimiento fue excepcional, empezando por un Oblak inconmensurable, clave en la tanda de penaltis, y una defensa que hizo recordar los mejores -y más infranqueables- tiempos de su primera línea. Brillaron Savic, Hermoso y Witsel como pocas veces se les recuerdan esta temporada, con Koke por delante dando un clínic en su posición.
Especialmente acertado estuvo Griezmann, pese a no estar todavía al 100%. Su regreso siempre es una gran noticia para el equipo de Simeone, que encontró en el banquillo la energía necesaria para forzar la prórroga. Correa y Memphis Depay, autor del segundo tanto rojiblanco, subieron una velocidad para conducir a su equipo a cuartos de final.
Simeone, una vez más, ha conseguido motivar a su equipo para lograr una clasificación en la que pocos creían. Este domingo, el Atlético se reencontrará con la Liga, donde lucha por no perder su puesto de Champions. Lo hará contra el Barça. Dos equipos peleados con la Liga que llegarán al choque con la moral por las nubes por sus pases en Champions.