Hace solo una semana la selección femenina española de fútbol logró el primer título de su historia. Y no era un título cualquiera. Se proclamaron campeonas del mundo e inscribieron su nombre junto al de Estados Unidos, Alemania, Japón y Noruega, los únicos países que hasta entonces habían ganado un Mundial femenino.
Pero esa gesta histórica pronto pasó a un segundo plano. El beso sin consentimiento de Luis Rubiales a Jenni Hermoso en la entrega de medallas pronto comenzó a cobrar protagonismo.
La imagen del presidente de la RFEF agarrando a la futbolista por la cabeza y dándole ‘un piquito’ (en palabras de Rubiales) corrió como la espuma y se viralizó en redes sociales. Mujeres y hombre de todo el mundo clamaron contra ese beso y denunciaron el abuso de poder de Rubiales.
Horas después el propio Rubiales, en lugar de disculparse, llamó "idiotas y tontos del culo" a quienes se indignaron y desde la Federación difundieron una declaración de la futbolista, que resultaron ser falsas, quitándole hierro al asunto.
Pero, aunque desde la RFEF se empeñaran en tapar el escándalo, la revolución ya no tenía freno. Había empezado un levantamiento que ahora mismo se conoce como el #MeToo del fútbol español.
El movimiento #MeToo se popularizó a finales de 2017 después de que se conocieran los casos de acoso y abusos sexuales del magnate de Hollywood Harvey Weinstein. A raíz de eso, millones de mujeres de todo el mundo comenzaron a denunciar y se atrevieron a contar los abusos que habían sufrido en sus vidas, bajo el 'hashtag' #MeToo.
Algo parecido es lo que ha ocurrido ahora con nuestras futbolistas. Y es que al escándalo del beso y de las primeras declaraciones de Rubiales, se une todo lo que vino después.
Alexia Putellas, la primera en decir 'basta'
Las presiones que sufrió Jenni Hermoso y su entorno en el vuelo de vuelta para que saliera en un vídeo junto a Rubiales, las disculpas forzadas del presidente de la Federación en las que cargaba parte de la culpa en la jugadora y ya por último su discurso victimista y antifeminista en la Asamblea Extraordinaria en la que se negó a dimitir.
Cinco días de escándalos a los que Alexia Putellas dijo "Se acabó". La doble balón de oro española fue la primera de nuestras campeonas en decir basta.
No habían pasado ni dos horas desde que Rubiales había gritado reiteradamente "no voy a dimitir" y había sido jaleado y aplaudido por la Asamblea de la RFEF cuando la capitana culé mostró su rechazo públicamente.
"Esto es inaceptable. Se acabó. Contigo compañera, Jenni Hermoso", escribió Alexia en sus redes sociales.
Tras ella fueron llegando en cascada más reacciones de futbolistas que, hasta ese momento, habían aguantado en silencio los desplantes y abusos de poder de Luis Rubiales.
#SeAcabó... Lo que se exigía hace unos meses no era una pataleta
Especialmente llamativos fueron los mensajes de algunas de las jugadoras de las 15 que hace un año se rebelaron y pidieron cambios en la Federación.
"Se acabó. Contigo, Jenni Hermoso. Lamentable llegar a este punto para creer que las quejas de hace meses eran reales", decía Patri Guijarro, una de las 15 que se quedó sin Mundial.
"No ha hecho falta pasar mucho tiempo para ver que lo que se exigía hace unos meses no era una simple pataleta. Las imágenes hablaron por sí solas, y creo que no hay mucho que añadir. Es inaceptable. Por todas las mujeres. Contigo Jenni Hermoso", escribía Mapi León, también firmante de las 15
"Contigo amiga, Jenni Hermoso. Muy pronto se ha dado la razón a gente que tuvo que renunciar a sus sueños por defender unos valores. Y unas condiciones dignas y básicas", publicó la guardameta Lola Gallardo, otra de las jugadoras que renunció a la selección hace un año.
El movimiento ya era imparable. El #SeAcabó comenzó a coger fuerza en redes sociales y, además de todo el apoyo de las 23 campeonas del mundo, llegaron las muestras de apoyo de otras decenas de futbolistas.
Tanto, que el sindicato FUTPRO emitió un comunicado de apoyo a Jenni Hermoso y bajo ese 'hashtag' comunicaba la renuncia de 81 futbolistas a la selección y expresaban su "fuerte y firme condena a conductas que han vulnerado la dignidad de la mujer".
Apoyo internacional a Jenni Hermoso
Pero los apoyos no se quedaron aquí y traspasaron nuestras fronteras. Estrellas internacionales como como Ada Hegerberg, Hedvig Lindahl, Alex Morgan, Sam Kerr o Marta Vieira y también selecciones completas como la de Inglaterra o Alemania han seguido mostrando su apoyo a Jennifer Hermoso durante todo el fin de semana.
Y esas muestras de apoyo continuaron después de que esté sábado la FIFA anunciara la inhabilitación temporal de Rubiales.
El #SeAcabó siguió recopilando apoyos y seguía entre los temas más comentados en X (antes Twitter) y ese fue también el ‘hashtag’ utilizado por los 11 miembros del cuerpo técnico de Vilda que renunciaron a su cargo, entre los que se encontraban Montse Tomé, segunda de Vilda, o Sonia Bermúdez, seleccionadora femenina española sub-19 y sub-20.
En su escrito de renuncia, ambas no solo mostraban su "rotunda condena" al comportamiento de Rubiales, sino que también denunciaban que habían sido obligadas a asistir a la asamblea y que "se les obligó a colocarse en primera fila, exponiendo su imagen e intentando dar a entender a la sociedad y jugadoras que compartían la tesis del presidente de la RFEF".
Por eso dijeron "Se Acabó" y se unieron al grito de las futbolistas españolas que está respaldado por una gran mayoría de la sociedad.
Esa etiqueta también se vio en LaLiga cuando los jugadores del Sevilla salieron con unas camisetas de apoyo a Jenni Hermoso en la que se leía la inscripción "Se Acabó", o el Cádiz, que antes de arrancar su partido sacó una pancarta en la que se leía "Todos somos Jenni".
"El comportamiento de Rubiales perjudica al fútbol español"
También Andrés Iniesta ha utilizado el ‘hashtag’ #SeAcabó para denunciar que "no podemos tolerar actuaciones" como la de Rubiales que "se ha aferrado a su cargo, que no ha admitido que su comportamiento ha sido inaceptable y que está perjudicando la imagen de nuestro país y nuestro fútbol en todo el mundo".
Así las cosas, parece que este movimiento es imparable. Porque las futbolistas han dicho basta. Ya no quieren callarse ante las humillaciones cotidianas. No quieren que se infravalore su trabajo. No quieren que se les siga discriminado y, tampoco van a cerrar la boca ante los casos de intimidación o violencia oculta.
Y aunque quede mucho por hacer y este escándalo pueda ser solo la punta del iceberg, las futbolistas esperan que este #SeAcabó sea el punto de partida hacia los cambios que necesita el deporte femenino español, en especial el mundo del fútbol.