Casi dos décadas separan a Elena Ruiz, la jugadora de waterpolo más joven del torneo olímpico, de Pili Peña, la más veterana, pero el prodigio adolescente y la experimentada capitana lucharán codo con codo el próximo sábado para intentar ganar la medalla de oro en la final de Tokyo 2020, tras haber asegurado la plata al vencer a Hungría en las semifinales (8-6).
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Ambas marcan los extremos tanto en la selección como en el campeonato y ejemplifican la variedad de recursos que ha permitido al combinado que dirige Miki Oca colarse en su segunda final olímpica, de nuevo, como en Londres 2012, ante Estados Unidos, el equipo que ha dominado el waterpolo femenino en los últimos años y que entonces relegó a las españolas a la medalla de plata.
Peña es una de las siete supervivientes de aquella selección y, a su 35 años, aporta el poso que solo da la experiencia en sus terceros Juegos Olímpicos. Y su objetivo es claro: "Queremos ganar los juegos, queremos ganar el oro olímpico. Es el único título que nos falta. Nos da igual la fecha. Todas tenemos claro que iremos a por el oro", decía en diciembre en una entrevista a Efe, cuando la celebración de Tokyo 2020 aún estaba en el alero.
Esa firmeza se sustenta en que, más allá del impresionante palmarés de la madrileña -nueve veces campeona de la liga española y otras nueve de la copa de la reina, cuatro veces campeona de Europa de clubes, dos veces campeona de Europa con Espàña y campeona del mundo con la selección en 2013-, ella conoce el camino vencer a las aparentemente imbatibles estadounidenses: su última derrota, hasta que cayeron en Tokio la semana pasada en la fase de grupos frente a Hungría, era la que sufrieron en las semifinales del Mundial de 2013 frente a España, con Peña en la piscina de Barcelona.
La frescura de la adolescencia
Esa sabiduría es la que Peña trata de trasladar a las jóvenes que se incorporan a la selección, entre ellas a Elena Ruiz, quien todavía no ha cumplido los 17 años -lo hará en octubre-, pero este jueves le ha endosado dos goles a las húngaras en la semifinal olímpica. En total, lleva ya diez tantos en el torneo, incluidos los cinco que anotó en el debut ante Sudáfrica, a la que España goleó con suficiencia (4-29)
Su desempeño es un refrendo de la apuesta del seleccionador, que la incluyó en el equipo olímpico contra pronóstico y le está dando confianza para que saque a relucir su talento: salvo en el cruce de cuartos, cuando su participación se redujo a cinco minutos, Ruiz ronda los 10 minutos de juego por partido, en los que aporta, sobre todo, frescura, velocidad y desparpajo ofensivo.
Su precocidad abre las comparaciones con mitos como Manel Estiarte, quien debutó en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 con solo 19 años y disputó seis ediciones, ganando un oro en Atlanta 1996 y una plata en Barcelona 1992. "No me lo esperaba", reconocía la jugadora del Club Natación Rubí al diario Marca en la concentración de Tokio sobre la llamada de Miki Oca, "para mi disputar estos Juegos supone poder tener una gran experiencia en la que competir al máximo nivel".
La recompensa será algo más amplia ahora, puesto que ya tiene asegurada una medalla de plata y España aspira a redondear su excelente torneo olímpico -solo ha perdido un partido, frente a Países Bajos en la fase de grupos- con un oro que premie la constancia en la excelencia de Pili Peña y la promesa de futuro de Elena Ruiz.