La historia de las Olimpiadas cuenta, desde este jueves, con una página más en el libro que recoge los hitos del deporte. Los primeros oros olímpicos de escalada y kárate tienen nombre español: el escalador Alberto Ginés y la karateca Sandra Sánchez ya son leyenda de los Juegos Olímpicos después de colgarse la primera presea de estas disciplinas que debutan en los Juegos de Tokyo 2020.
[Vuelve a ver la prueba final de katas femenina de Sandra Sánchez
Sánchez y Ginés también han marcado un antes y un después en la historia de España, no sólo por regalar a la delegación nacional estas dos primeras medallas. Hace justo 28 años, el 8 de agosto de 1992, el equipo olímpico español también conseguía un doblete dorado con las victorias del atleta Fermín Cacho y la selección española de fútbol.
Con ellos, comienza una nueva era. Detrás de ellos -si las disciplinas se mantienen- vendrán sus descendientes olímpicos. Pero ellos siempre podrán presumir de ser los primeros que subieron al primer peldaño de un podio a estrenar. Sandra Sánchez colgándose la medalla que le faltaba para completar un palmarés teñido de todo color, con más de seis preseas europeas y una mundial. Es la número uno del mundo y, ahora, la número uno olímpica.
Ginés, por su parte, ha alcanzado la cima olímpica, quizá antes de lo que él pudiera imaginar, a sus 18 años. Pasó el confinamiento por la pandemia de COVID-19 entrenando en los muros de su casa. No podía abandonar su pasión porque los gimnasios estuvieran cerrados y él mismo se inventó sus propias cimas. Con tan sólo tres años, aprendió a mirar hacia arriba para llegar adonde quisiera.
[Vuelve a ver la prueba final de dificultad de Alberto Ginés
Nuevas disciplinas
Con veintiún años de diferencia, los dos debutaban en sus disciplinas porque éstas debutaban con ellos. El kárate y la escalada son dos de los deportes que el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió incluir como novedad en los Juegos de Tokyo 2020, junto al skateboarding, el baloncesto 3x3 y el surf.
Otros, como el béisbol y el sóftbol, se han reestrenado después de su última aparición en Pekín 2008. Estas dos categorías volvían a tener el apellido de olímpicas después de ser eliminadas tras una breve historia. El béisbol se estrenó como deporte olímpico en Barcelona 1992, mientras que el sóftbol esperó hasta Atlanta 1996. Ambas se consagraron durante sólo cinco ediciones, eternizando la victoria de sus campeones.
El kárate tendrá una vida más fugaz aún después de que el COI decidiera incluir la categoría de breakdance en los próximos Juegos Olímpicos de París 2024.
Idas y venidas: golf, rugby o la pelota vasca
Era 2016. Los Juegos celebrados en Río también celebraban el regreso del golf y el rugby, 112 años y 92 años después respectivamente. Los dos elegidos dejaban sin oportunidades al kárate, el softbol, el patinaje en línea y el squash.
El británico Justin Rose hacía historia en Gran Bretaña con un oro que sabía a nuevo, después de un duro duelo contra el sueco Henrik Stenson. Su golpe de efecto pasó a la historia olímpica con el regreso del green después de que lo borrasen del mapa en los Juegos de San Luis 1904. Río 2016 también vio como el rugby a siete volvía a ser categoría olímpica tras desaparecer en los Juegos de París 1924. Fiji vencía a Nueva Zelanda y Sudáfrica y regalaba a su país la primera medalla del retorno del rugby, haciendo historia.
En 2008, la modalidad de ciclismo BMX empezaba su andadura olímpica en Pekín con dos competiciones: contrarreloj y circuito. Anne-Caroline Chausson (Francia) y el Maris Strombergs (Letonia) eran los Sánchez y Ginés de sus países los primeros campeones olímpicos de la competición de ciclismo BMX.
La pelota vasca tuvo menos recorrido. En París 1900 llegaron y se fueron, volviendo sólo como deporte de demostración en tres ocasions (París 1924, México 1968 y Barcelona 1992). Este año ha sido el año del kárate y de la escalada, dos disciplinas que se estrenan con un doblete de oro para España.