La espera ha terminado y el tenis regresa a Madrid después de dos años para reemprender la competición en la Caja Mágica con la decimonovena edición del Mutua Madrid Open y lo hará con público, aunque no se viva la agitación de años anteriores y se sigan todo tipo de medidas de prevención.
El aforo no llegará a la mitad del máximo de las pistas y casi 5.000 personas podrán acudir cada día al tenis de Madrid. La organización del torneo garantiza que se respete la distancia entre localidades y cada asiento dispondrá de una identificación individual.
Además, para respetar el toque de queda desde las 23h hasta las seis de la mañana del día siguiente, el torneo ha condicionado el horario de las sesiones y cada jornada arrancará antes en la Caja Mágica para que la presencia del espectador pueda abarcar el orden de juego hasta el cierre.
Ocio pese a las restricciones
Estas limitaciones afectarán al comercio alrededor de las pistas, en las zonas comunes, y la apertura de tiendas y puestos de ocio ha sido reducida, pero seguirá habiendo música ambiental, aire de fiesta y lugares para comer y de descanso bajo el control de las medidas impuestas por las autoridades.
Además, el Consorcio Regional de Transportes de Madrid anunció la puesta en marcha de un autobús lanzadera para el público con destino a la Caja Mágica para facilitar el acceso al seguidor.
Los jugadores, en una burbuja
Mientras, los jugadores vivirán el evento en su propia burbuja similar a las de otras competiciones. Dispondrán de una zona particular, acotada al público y a los medios de comunicación.
Alojados en hoteles prácticamente cerrados para ellos, sus entrenadores tendrán que desplazarse en los vehículos habilitados por la organización. Además, cada dos días se someterán a pruebas PCR y prácticamente no tendrán contacto con el exterior al margen del exigido por el propio acontecimiento.