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Esquí | Temporada 2020-2021

San Isidro y Leitariegos levantan el telón de la temporada invernal más atípica para las estaciones españolas

  • Las dos estaciones de la Cordillera Cantábrica abren sus puertas esta semana mientras el resto espera autorización gubernamental

  • La pandemia COVID-19 hace que las aperturas las marque la evolución sanitaria de cada región y no las condiciones meteorológicas

FELIPE FERNÁNDEZ (@Felipelect)
6 min.

Rozando el ecuador del mes de diciembre, con las montañas cubiertas por el manto blanco de la nieve, pero todavía no se puede esquiar al aire libre en la mayor parte de las estaciones invernales españolas. La pandemia de COVID-19 ha trastocado también a los aficionados a los deportes de nieve.

Debido a las restricciones sanitarias, todas las estaciones tuvieron que adelantar el cierre de la temporada pasada y adaptar sus instalaciones para la próxima. Con la inversión hecha, con la nieve ya caída gracias a la ayuda del temporal Dora, casi todas se mantienen apostadas hasta que las autoridades sanitarias y políticas les concedan permiso.

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Esa competición no reconocida que mantienen los centros invernales no la va a poder ganar este año, como habitualmente hace, Masella y sí Leitariegos. La estación lacianiega junto a la también leonesa San Isidro, en la Cordillera Cantábrica, reciben visitantes. Desde el miércoles 9 la primera y la segunda lo hará desde el sábado 12.

Las dos estaciones son las primeras en abrir en la península porque lo permite la Junta de Castilla y León, aunque solo podrán ser visitadas por los ciudadanos de la propia comunidad autónoma debido a los cierres perimetrales reinantes. Sí podrán acudir los apasionados de las otras ocho provincias.

Imagen de las pistas de la estación leonesa de Leitariegos después del primer día de apertura de la temporada 20/21. www.leitariegos.net

Ambos sitios han recibido con los brazos abiertos las nevadas de los últimos días y tienen todo preparado. Desde la calidad de la nieve, con espesores de entre 0,5 y un metro, a las nuevas señalizaciones antiCovid-19 y a los protocolos que han tenido que acatar los negocios de restauración. Lo pudieron comprobar los casi cien practicantes que desde el miércoles se han deslizado por el manto blanco del Valle de Laciana.

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Para el día 9 tenían también planeado poner a funcionar sus remontes las estaciones catalanas del Pirineo. Sin embargo, la lucha contra la pandemia que se vive en la región ha obligado a posponer hasta el próximo lunes 14 la apertura. Peor es la situación en , la aranesa Baqueira, cuya apertura estaba anunciada para el 12 de diciembre pero se ha pospuesto sin fecha prevista.

La problemática no es baladí, ya que hay otros puntos neurálgicos de los deportes invernales de la península que aún no pueden subir el telón en un entorno que depende casi al 100% de la actividad de la estación, como sucede con las estaciones pirenaicas aragonesas o Sierra Nevada. Todas con nieve a rebosar en sus laderas.

Y todo aderezado con la petición a nivel europeo que han lanzado Alemania, Italia, Andorra y, sobre todo, Francia para que las estaciones no se abran hasta después de las navidades. Algo que choca con los planes de las grandes estaciones alpinas de Austria o Suiza (esta última no pertenece a la UE).

En España, el Gobierno ha delegado la toma de decisiones sobre el asunto en las comunidades autónomas. Y de ahí que la fecha de apertura no la marque, como habitualmente, la cantidad de nieve acumulada en pistas.

Protocolo sanitario en todas las estaciones

Los deportes invernales también han tenido que adaptarse a la nueva realidad marcada por el coronavirus y las estaciones con ellos. Esta temporada es obligatorio el uso de la mascarilla en toda las instalaciones de la estación, estará prohibido fumar y será obligatorio respetar las distancias. Unas medidas a aplicar especialmente en los remontes, telesillas o telecabinas, y especialmente en los accesos a los mismos y en los desembarques.

Debido a la adaptación de estas medidas, ya han surgido voces que se preguntan cómo es posible que esté permitido practicar esquí o snowboard bajo techo, en Madrid Snowzone, y no se permita hacerlo al aire libre.

La polémica radica en que obviamente se trata de una práctica deportiva poco propicia a la propagación de contagios, pero el turismo de nieve va más allá de la práctica deportiva. A su alrededor se generan una serie de propuestas de ocio y restauración que están sujetas a la normativa sanitaria vigente en cada comunidad autónoma, la cual varía en cada territorio respecto a horarios, aforos, aperturas de negocios o confinamientos perimetrales.

La RFEDI pide a Gobierno y CCAA que mire la "influencia positiva" del esquí

El presidente de la Real Federación Española de Deportes de Invierno, May Peus, dirigió hace unos días una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a varios ministros y a los presidentes de las comunidades autónomas con estaciones de esquí en la que defiende la práctica segura de este deporte como "una forma de contener la pandemia".

"La Comisión Europea ha dejado claro que cada país miembro es soberano para tomar decisiones. Teniendo en cuenta esto, déjenme que les diga que ahora es el momento del invierno, es el momento del deporte, que permite dar vida y sentido de manera saludable a las zonas de montaña y a una parte de la 'España vacía'", señala Peus en su escrito.

"La salud es y debe ser una prioridad, pero es lógico pensar que los deportes de nieve, organizados de manera ordenada y con todas las garantías sanitarias, pueden ser también una forma de contener la pandemia. Hacer ejercicio al aire libre tiene una influencia positiva, especialmente en momentos de estrés físico y psicológico como el que todos estamos, por desgracia, padeciendo", añade el dirigente federativo.

La temporada 2019/2020 iba para récord hasta que llegó la pandemia

La temporada pasada solo pudo contabilizar cifras hasta el 14 de marzo por las razones sanitarias ya conocidas. Hasta ese momento se habían deslizado por las pistas 4.792.639 usuarios.

Esto se tradujo en una facturación de 118.755.497 euros. Una suma similar a toda la recaudada en la temporada anterior (122,1 millones).

El mayor porcentaje de practicantes se lo llevó el Pirineo, tanto aragonés como el catalán, y Sierra Nevada (958.164 personas).

La inversión acometida de cara a esta nueva temporada ha superado los 36 millones (36.265.903) y el número de empleos directos generados superan los tres mil.

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