Roc Oliva y su hermana Gigi han podido pasar juntos el confinamiento por la pandemia de coronavirus en su residencia familiar en la población barcelonesa de Matadepera. Allí siguen cada día sus rutinas. De lunes a viernes compaginan el teletrabajo con los ejercicios que les han puesto los preparadores físicos de su club y de la selección de hockey hierba
Roc, el mayor, reconoce que una de las peores cosas que lleva del confinamiento es "tener la sensación que estoy todo el día comiendo" porque "no has acabado la comida y alguien ya está pensando que vamos a cenar". Por su parte, Gigi explica que pidió recetas a su nutricionista y eso le ha ayudado a desenvolverse mejor en la cocina. Y, precisamente, cocinar, es algo a lo que Roc también ha aprendido estos días pues asegura que se ha "aficionado a la repostería". "Aunque es evidente que algunos postres me han salido mejor que otros, por ahora nadie se ha quejado", bromea.
Entrenar juntos les ha venido bien para mantener la forma. "Tenemos la suerte de disponer de un jardín y podemos entrenar físico al aire libre, así que tiramos el uno del otro, combinando el ejercicio en la cinta, con el juego con pelota, ya sea con stick o con raquetas de tenis", comentan.
La saga continúa
Roc Oliva y su hermana Gerorgina, "Gigi", son hijos de Jordi Oliva, que fue olímpico en los Juegos de Los Angeles'84 y Seul'88 y que falleció de forma inesperada el 1 de diciembre de 2014. Roc, el mayor, admite: "Siempre tuvimos la ilusión de jugar unos Juegos Olímpicos, pero no por el hecho que nuestro padre lo hubiera hecho. Te diría que lo vivimos como algo muy natural y nunca nos generó presión porque de pequeños ya jugábamos a hockey en casa con Gigi, antes incluso de hacerlo en el Atlétic". En ese sentido, Gigi, la menor apunta: "Estuvimos jugando en categorías inferiores de la selección y fue hasta cierto punto lógico que lo hiciéramos en la Absoluta" y Roc le recuerda que "ya cuando éramos niños soñábamos que marcábamos el gol de la victoria en una final olímpica".
Y ese debut como olímpicos se produjo hace 12 años en 2008 en Pekín. Roc con 19 años y Gigi con 18. "Llegamos muy jovencitos a la absoluta, todo fue muy rápido y en apenas año y medio ya nos vimos jugando unos Juegos. En cierto modo, era como la primera vez que vas a Disneyland", dice la actual jugadora del Júnior de Sant Cugat, mientras que Roc señala que "en la Villa Olímpica hay muchas distracciones con la emoción de esa parte lúdica que tiene pero los mayores nos ayudaron a centrarnos y concentrarnos en nuestro objetivo que no era otro que competir".
El actual jugador del Real Club de Polo de Barcelona, que logró la medalla de plata con España, repitió experiencia cuatro años después en Londres 2012, pero en esos Juegos no pudo compartir villa con su hermana Gigi porque las #redsticks se quedaron fuera, algo que, según la menor de la saga, "fue una de las experiencias más dolorosas". "Sufrimos, pero salimos reforzadas como equipo porque sirvió para darle valor a una clasificación y darte cuenta que unos Juegos no te los regalan", explica.Y Roc, el mayor, nos cuenta que ambos nacieron "el mismo día, el 18 de julio, pero con un año de diferencia", y mucha gente les pregunta si son gemelos: "Cuando es evidente que no lo somos".
Ambos volvieron a coincidir en 2016 en los Juegos de Río en los que las dos selecciones cayeron en cuartos de final pero sumaron Diploma Olímpico. "En Río ya fue todo muy distinto. Éramos más maduros y nos tocó a nosotros el papel de cuidar de los más jóvenes" dice Gigi, mientras que Roc afirma que era la tercera vez consecutiva que disputaba unos Juegos y se sentía "un privilegiado".
Será algo que se puede ampliar hasta cuatro seguidos si el próximo año, el seleccionador, el francés Fred Soyez, cuenta con él para la cita olímpica de Tokio, tras lograr la clasificación el pasado mes de octubre. "Lo vivido hasta ahora ha sido una experiencia increíble. Ni en mis mejores sueños podría imaginarlo. Me hace una gran ilusión porque nunca me lo había planteado y ahora que lo ves con perspectiva, esa posibilidad de disputarlos por cuarta vez, te hace sentir muy afortunado".
Gigi, que también consiguió el billete con la selección española al ganar el Preolímpico de Valencia, manifiesta que "fue horrible vivir con esa incertidumbre de si se iban a celebrar o no los Juegos y en qué condiciones de salud", pero una vez cancelados del alivio se pasó al palo porque "es muy duro esperar un año, pues tras haber invertido muchas horas de entreno con Ady Lock y el staff técnico". "Estábamos en un buen momento, muy motivadas y nos hacía mucha ilusión poder pelear por las medallas, tras los bronces del Europeo y el Mundial", recuerda.
Compaginar trabajo y deporte
Roc Oliva es abogado y para poder disputar los Juegos Olímpicos de Tokio había decidido tomarse una excedencia laboral. "Estoy muy agradecido a Banco Alcalá, la empresa donde trabajo, porque me dieron todas las facilidades del mundo, pero ahora deberemos volver a replantearlo". "Ambas partes teníamos claro que estas ausencias por la selección se acababan el 6 de agosto porque llevo desde los 16 años jugando en División de Honor y ya tenía ganas de hacer otras cosas que no fueran hockey" pero dice que "el COVID lo ha cambiado todo" y no puede negar que le hace mucha ilusión jugar por cuarta vez consecutiva unos Juegos Olímpicos.
El centrocampista de la selección española de hockey hierba revela que a lo largo de su carrera deportiva ha compaginado la selección: "Fue primero con los estudios y ahora con el trabajo y eso me ha dado un equilibrio emocional que me ha permitido rendir mental y físicamente en ambos ámbitos, el deportivo, el educativo y ahora el laboral, porque es lo que me hace feliz".
A Georgina, actual capitana de la selección, le gustaría llegar a París en 2024 y alcanzar también los cuatro Juegos Olímpicos de su hermano, sin embargo, sabe que se deberá plantear su futuro:"no dependerá solo de mí. Tendré 34 años y no sé como llegaré físicamente a la cita y si el staff cuenta o no conmigo". Eso en el ámbito deportivo, pero en el personal, Gigi piensa que "el Hockey no lo es todo" y por eso estudió Ingeniería Aeronáutica.
Mientras deshojan la margarita, los hermanos Oliva tienen muy claro lo que harán una vez concluya el confinamiento, más allá de salir con sus amigos:"Queremos dar paseos por la montaña que a ambos nos gusta mucho". Y Gigi, además, podrá seguir tocando el ukelele, su hobby. La saga de los Oliva, pues, continúa, al menos, por un año más.