El piloto español Marc Márquez va camino de convertirse en uno de los mejores de todos los tiempos. Con su victoria en el GP de Japón ha certificado su séptimo Mundial de motos, el quinto en la categoría de MotoGP y tercero de forma consecutiva.
Ha igualado a campeones históricos como los británicos Phil Read y John Surtees, se pone a tiro de dos de Valentino Rossi y Mike Hailwood (9), pero aún le queda mucho camino para llegar a los totales de Ángel Nieto (13) y Giacomo Agostini (15).
A sus 25 años tiene tiempo por delante, pero a partir del año que viene algo se lo pondrá más difícil: compartirá 'boxes' con Jorge Lorenzo en el equipo Repsol Honda.
Con su ascenso a la categoría reina en 2013 y su victoria en el Mundial se convirtió en el piloto más joven en conquistar el título, así como el primer debutante en 35 años en lograrlo.
Desde entonces, MotoGP ha vivido un 'casi' pleno del piloto de Cervera, que solo se vio interrumpido en 2015 con la victoria del también español Lorenzo, su futuro compañero de equipo.
Aquel año, el de la victoria de Lorenzo, fue el de las acusaciones de 'biscotto' por parte de Rossi y la prensa italiana, que vio en Márquez un colaborador necesario en el título de quien era aún compañero de equipo en Yamaha.
Lorenzo no acabó bien con Rossi y tampoco ha acabado bien con Dovizioso en Ducati, el gran rival de Márquez las dos últimas temporadas.
Primera riña con Lorenzo
Márquez y Lorenzo se han respetado como rivales en equipos diferentes. Sin embargo, al poco de saberse que iban a compartir equipo, una maniobra del primero en el GP de Aragón con caída del segundo provocó la primera riña entre ambos.
Se solucionó días después con una conversación telefónica y escenificación de las paces a través de twitter, pero el aviso ya estaba ahí.
A partir del año que viene darán un paso en su relación como compañeros de equipo. Y ya se sabe que en el mundo del motor, tu principal enemigo está al otro lado del 'box'.