No será la primera y es difícil que sea la última vez que los caminos del Real Madrid y de Jürgen Klopp se crucen, ¿quién sabe si para viajar juntos? El entrenador germano del Liverpool es una de esas figuras que siempre han sido relacionadas con la casa blanca por diversos motivos. ¿Ha nacido Klopp? []
El romance surgió en la Champions League de la temporada 2012/2013. El Borussia Dortmund de Klopp apeaba al todopoderoso Real Madrid de Jose Mourinho. Y lo hacía descubriendo las vergüenzas de los merengues en la ida y resistiendo heroicamente en el Bernabéu. Esa edición de la Champions la acabaría perdiendo el entrenador nacido en Stuttgart frente a su archienemigo Bayern de Múnich.
Su buen hacer en el Borussia y la condición de anti-Bayern que se ganó, especialmente tras la llegada de Pep Guardiola al banquillo muniqués, le han colocado siempre en las quinielas para ocupar el banquillo del Real Madrid. "Quiero ser el Mourinho de Guardiola", llegó a manifestar cuando el catalán aterrizaba en la Bundesliga.
A fe que lo ha conseguido. Además de convertirse en esa piedra en el zapato en la Bundesliga, lo ha sido indiscutiblemente en Inglaterra. En la segunda campaña del de Santpedor, su equipo, el Manchester City, ha batido récord de goles y ha maravillado con su juego. Sin embargo un conjunto, el Liverpool de Klopp, le ha arruinado el 2018, de las siete derrotas de la temporada de los citizens tres fueron ante los reds. Con eliminación en cuartos de Champions incluida.
En los enfrentamientos particulares con Guardiola a lo largo de su carrera acumula 8 victorias, un empate y cinco derrotas. Y eso que la única diferencia que ve el alemán entre ambos es que "Guardiola siempre ha entrenado a los mejores jugadores y Klopp no".
Un futurible eterno
Klopp fue uno de los nombres que Florentino Pérez sondeó para el banquillo del Real Madrid cuando al término de la temporada 2014-15 decidió prescindir de Carlo Ancelotti. El alemán no lo tenía del todo claro y al Madrid acabó llegando Rafa Benítez mientras que Klopp sería seducido meses más tarde por el Liverpool, que le ofreció un contrato hasta 2022.
Cuando esta temporada el Real Madrid se vio contra las cuerdas tras la eliminación copera a manos del Leganés, sonaron tambores de guerra en las rotativas. Muchas quinielas se abrieron para adivinar quién sería el sustituto de un Zidane al que se daba por destituido a final de temporada —luego vendrían las eliminaciones a PSG, Juventus y Bayern y ahora solo se contempla una renuncia del galo—. En casi todas, junto al nombre de Mauricio Pochettino se escribía el de Jürgen Klopp.
Lección táctica a los blancos en una semifinal de Champions
Como hemos dicho, la chispa del romance entre el Real Madrid y Klopp prendió en aquella Champions de 2013.
Se enfrentaron hasta en cuatro ocasiones Borussia Dortmund y Real Madrid. Dos en fase de grupos y otras dos en semifinales. En tres de los cuatro duelos, los alemanes barrieron del campo a los merengues mediante un juego de ataque descarado (2-1 en Dortmund y 2-2 en el Bernabéu durante la fase de grupos).
Durante ese invierno llegaron a España las primeras noticias del novedoso 'Footbonaut', el invento de Cristian Gütler implantado por Klopp. Una máquina con forma de caja negra gigante, a la última en lo tecnológico, que obliga al jugador a ejercitar el control y la velocidad de reacción a la hora de recibir y deshacerse del balón.
Los antecedentes equilibraron los favoritismos pero a priori el equipo de Mourinho llegaba como claro candidato a meterse a la final de Wembley. Sin embargo fue arrollado en con un demoledor 4-1 en el Signal Iduna Park. En el Bernabéu los blancos se quedaron a solo un gol (2-0) pero el pase de los teutones fue merecido.
El empuje final blanco encerró al Borussia durante el último tramo de partido pero Klopp pidió a los suyos que adelantasen líneas y no reculasen. Toda una lección ante un Mourinho que la temporada anterior se vio fuera tras ir ganando 2-0 al Bayern de Múnich.
Esa personalidad, esos gestos en el área técnica y esa valentía dejó un gran sabor de boca en el Santiago Bernabéu. Veremos qué sucede después de la final de Kiev.