Después de Chris Froome (Sky), los más felices tras la consecución de la 102ª edición del Tour de Francia son los componentes del único equipo ciclista español en el World Tour: Movistar Team. [Blog 'En Ruta': Han humanizado a Froome] [Blog 'En Ruta': Corrieron para ganar
El conjunto telefónico llegó al Tour con el objetivo del maillot amarillo para Nairo Quintana y se marcha con el segundo puesto para el colombiano, el tercer puesto para Alejandro Valverde y la clasificación por equipos. Un gran botín.
“He sido tercero, pero es algo muy importante para mí“
Nunca es tarde para subir al podio del Tour, el sueño que perseguía el español Alejandro Valverde, de 35 años, desde su debut profesional en 2002. "Es algo en lo que había pensado toda la vida y al final lo he conseguido, después de mucho sufrimiento. No es una victoria, he sido tercero, pero es algo muy importante para mí. Me sabe a gloria", dijo entre lágrimas el campeón de España en Alpe d’Huez.
Su palmarés es difícilmente igualable en el pelotón internacional. Ganó la Vuelta 2009, tres títulos de número uno de la UCI, tres Lieja-Bastoña-Lieja y 3 Flecha-Valona, además de 6 medallas en Mundiales: 4 de bronce y 2 de plata.
Sin la presión de ser el jefe de filas del equipo y con esa responsabilidad en los hombros de Quintana, el ciclista murciano ha dado un salto de calidad que ha quedado reflejado en la carretera. No solo ha luchado por el podio, sino que estuvo en apoyo del colombiano en todo momento.
En la presente temporada Valverde acumula 7 victorias, entre ellas dos 'monumentos', la Lieja y la Flecha Valona. Al reciente título de campeón nacional en ruta, une el podio del Tour de Francia.
El 'sueño amarillo' de Quintana tendrá que esperar
El colombiano Nairo Quintana ha vuelto a ser segundo en París como ya hiciera en 2013. A sus 25 años, se va con la satisfacción de haber puesto contra las cuerdas al británico Chris Froome, que como entonces le superó.
Nadie duda de que Quintana será uno de los ciclistas punteros de los próximos años. El Tour de 2015 ha revelado que, además de un ciclista completo, de un gran campeón en la montaña, es un líder, capaz de dirigir a un equipo en la carrera con más presión del calendario.
“Lo he dado todo“
Quintana atacó en su terreno y, aunque algunos pensarán que no lo hizo con la suficiente constancia, él se va del Tour con la conciencia tranquila. "Lo he dado todo", aseguraba nada más cruzar la meta del Alpe d'Huez, la mítica montaña donde por 18 segundos se le escapó la victoria respecto al francés Thibaut Pinot.
En el balance general, a Quintana le salen todas las cuentas menos el minuto y medio que se dejó en la segunda etapa, en Zelande, cortado en una caída, atrapado por un abanico y por la fuerte lluvia que le impidió enlazar con el grupo de cabeza. Un tiempo que hoy faltaba en su calculadora.
El Tour no perdona los despistes y no se apiada de los detalles. Quintana sabe ahora que cada segundo en la carrera se paga, sobre todo en una de las ediciones más ajustadas.