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Baloncesto | Euroliga

Un Barça sólido y con un Abrines estelar sale airoso de Milán

  • El conjunto azulgrana se impone por 63-78 en cancha del Emporio Armani

  • El Valencia Basket cae en la pista del Galatasaray turco 71-64

RTVE.es / EFE
6 min.

El Barcelona salió victorioso de Milan tras firmar la segunda victoria de la liguilla (63-78), en que la ausencia de Navarro por lesión fue sustituida por un espectacular Alex Abrines, que firmó un partido estelar, con 21 puntos y cinco triples.

En el primer cuarto la falta de ideas la suplió el Barcelona desde la línea de tres puntos, donde fue letal y el acierto le permitió impedir que el Milan adquiriese una cómoda ventaja, como la que otorgó un triple de Samuel (12-6), poco después de que en el equipo azulgrana cambiase la dirección de Marcelinho por Satoransky.

Thomas, que le tocó secar a un Gentile que estuvo a un gran nivel en ataque, sacó lo mejor de sí con tres triples, el último de los cuales puso el 14-12.

A falta de ideas, triples, lo que llevó al Milan a pedir su primer tiempo muerto cuando Oleson volvió a recortar a dos la ventaja de los italianos (16-14). A 1:51, el Barça cerró el periodo con dos nuevos lanzamientos de la larga distancia de Abrines y Dollman, para darle la vuelta al marcador (17-20).

En el segundo acto, el Barcelona vivió un momento dulce cuando todo lo que intentaba y jugaba se le manifestaba a su favor. Así, desde la larga distancia Abrines en dos ocasiones volvió a materializar triples (21-30) que obligaron al banquillo milanista a recomponer el juego.

Todo le iba de cara a un Barça que en el rebote ofensivo y en el mejorado rebote defensivo se había adueñado del partido. Una técnica a Brooks, a poco de que el Barcelona alcanzarse su máxima de 18 puntos (22-40), mostraba que el equipo italiano se estaba descomponiendo al paso de los minutos.

Xavi Pascual movió el banquillo para dar minutos a sus jugadores y el Milán se volvió a hacer fuerte bajo el aro azulgrana, y un 7-0, con un triple de Moss (29-40) obligó el técnico catalán a pedir tiempo muerto cuando faltaban 2:39.

Otro nuevo triple de Marcelhinho, el octavo de los azulgrana hasta el momento, más una acción de Doellman apagaron el resurgir de los italianos, que al final de la primera parte la pudieron arreglar con un 2+1 de Hackett (32-45).

Llegó poco conectado el Barcelona en el tercer periodo, en el que se esperaba que el Milan saliese fuerte y, sobre todo, para evitar el acierto culé que había manifestado en los anteriores dos tiempos.

A pesar de finalizar 18-18, fue un mal cuarto de los barcelonistas, que sólo en acciones individuales y entregados al acierto de Abrines sobrevivieron como pudieron.

La salida fulgurante de los de Milan encontró a un Barça atascado nuevamente en el rebote y con un dirección floja, la del brasileño Marcelinho, con malas elecciones, un error gravísimo en un rebote y una simulación ('flopping') que le llevó al banquillo.

El Barcelona llevaba dos puntos en cuatro minutos y fue el acierto de Satoransky el que rompió el mal momento (39-49). El partido pasó por un momento de poco juego de conjunto y mucho de individualidades, hasta que los italianos, a base de tiros libres, empezaron a acercarse en el marcador. Un 8-2 del Milan, con cuatro tiros libres, tres de Gentile, dejó un inquietante 50-58, que nuevamente Abrines con un triple y un enceste de Pleiss arreglaron antes de entrar en el último cuarto (50-63).

Un nuevo triple de Abrines en el arranque de los últimos diez minutos parecía avisar a los italianos de que poco se podía hacer con otra diferencia de 16 puntos (50-66), pero un descenso en la concentración de los azulgrana devolvió al Milan al partido a falta de 4:01 (61-70), tras un parcial de 11-4.

Un enceste de Doellam (61-72) y un triple de Pleiss tras diversas acciones de falta de concentración (63-77) dejaron liquidado el partido, frenando el momento de inspiración que había adquirido el Milan a dos minutos de final. El choque finalizó con un 63-78.

El Valencia cae en Estambul

El Valencia Basket cayó en la pista del Galatasaray en un encuentro en el que llegó a perder por 28 puntos pero en el que, pese a su desacierto, nunca se rindió, se mantuvo fiel a su filosofía de juego y consiguió llegar al último minuto con una pequeña opción que no supo explotar.

El equipo español saltó al Abdi Ipecki Arena alegre, pero lo hizo tanto en ataque como en defensa. Castigó al Galatasaray con un par de triples y algunas penetraciones pero, al verse tan acertado, no tuvo la necesidad de frenar al conjunto turco, que tardó unos minutos pero se acabó por meter en el partido.

Con Carlos Arroyo a los mandos y Vladimir Micov y Aldemir rematando las ventajas que generaba con el bloqueo directo, los locales construyeron un parcial de 28-4 que les permitió abrir brecha en el marcador (38-14, m.16).

Sin encontrar otra manera de abrir la defensa otomana que lanzar, y fallar, un triple tras otro, el Valencia se desesperó. Y Arroyo, con un par de acciones individuales, siguió hurgando en la herida visitante.

Con el puertorriqueño en el banquillo, el equipo turco frenó un poco su ritmo pero los puntos de Pietro Aradori permitieron al Galatasary seguir alimentando su marcador y llevar la ventaja hasta cerca de los treinta puntos.

Un par de acciones de Dwight Buycks antes del descanso permitieron al Valencia rebajar mínimamente esa renta y abrieron una rendija de luz en su futuro (47-24, m.20).

El paso por el vestuario no trajo nuevas ideas al Valencia pero sí algo más de acierto. Los de Velimir Perasovic siguieron fiando su suerte a su efectividad en los triples y un par de canastas desde el 6'75 de Van Rossom y Buycks les dieron aire (50-34, m.25).

El estadounidense aprovechó los espacios que por fin concedió la defensa local y el Valencia, aunque a trompicones, logró entrar al último cuarto con una desventaja de doce puntos, inesperadamente asumible (62-50, m.30).

Al Galatasaray le entraron las dudas, sus porcentajes de acierto se despeñaron y dos nuevos triples, de Van Rossom y del sólido Harangody, redujeron la ventaja local hasta los ocho puntos a falta de cinco minutos.

Un triple desde ocho metros de Arroyo pareció despertar a los locales pero el Valencia no soltó la presa y siguió recortando hasta llegar al último minuto con la posesión y una mínima opción de triunfo (69-64, m.39)

Pero, como le ocurrió en la derrota ante el Olympiacos, al Valencia le falló el acierto en el tramo final y, sobre todo, le penalizó su falta de control en el rebote defensivo, que permitió al Galtasaray dejar discurrir el tiempo para, sin tener que anotar, llevarse el partido.

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