El suizo Stanislas Wawrinka se clasifica para la final del Masters 1000 de Montecarlo después de derrotar al español David Ferrer por un desigual 6-1 y 7-6 en una hora y 28 minutos.
El actual número tres del mundo espera rival del duelo entre su compatriota Roger Federer y el serbio Novak Djokovic. Ambos habrán tomado buena nota de las sensaciones mostradas por el actual campeón del Open de Australia.
El de Lausana encara su tercera final de la temporada. Las otras dos las ganó, incluida la de Melbourne ante Rafa Nadal. De aquel partido ha salido un Nadal mermado de confianza, como admitió este viernes, y un Wawrinka lanzado en este tercer Masters 1000 de la temporada, aunque su paso por Indian Wells y Miami fue más discreto.
Del mal momento de Nadal se aprovechó Ferrer en cuartos, pero ante el segundo apenas pudo oponer resistencia. El de Lausana marcó el ritmo del partido y dio pocas opciones al alicantino, alguna más en el segundo set. Se va con el consuelo de ascender al quinto lugar de la ATP el próximo lunes.
Le salía todo, o casi todo, como se pudo ver en el fulminante primer set; hasta 'aces' con su segundo saque. En apenas media hora dio un recital en el que parecía que en su mano no tenía una raqueta, sino una batuta. Mención especial para su revés a una mano 'made in Switzerland'.
Con dos tenistas de hierro frente a frente, 'Ferru' solo pudo meterse en el partido en un momento en que 'IronStan' encadenó unos pocos errores. Pero el propio helvético se encargó de salvar las dos bolas de rotura que concedió.
Ferrer solo pudo ganar uno de sus saques en el primer parcial, lo que le valió la ovación del público monegasco. El día anterior vieron el desgaste del de Jávea y su rival disfrutó de una jornada de descanso en octavos por retirada de Almagro.
Ferrer aguanta hasta el 'tie break'
Tanto arriesgar a veces trae como consecuencia que aumenten los errores. Wawrinka lo comprobó en el segundo set, a lo que se unió un cambio de mentalidad de Ferrer, más agresivo, para ver una manga más igualada.
Tal vez influyó la bola de 'break' que logró salvar el alicantino en el primer juego del set o que conectara más golpes ganadores. Como quiera que fuera, su rival ya no se movía con la misma soltura y sus golpes dejaron de rozar las líneas para alejarse de ellas.
Aun así, Wawrinka siguió mostrándose inapelable en sus servicios, acudiendo al recurso del saque potente cuando le fallaban los 'winners'. Ferrer no falló bolas de rotura porque no las tuvo.
Se llegó al 'tie break' con esa estrategia: Wawrinka empezó con problemas en su saque por fallos con su derecha y acabó cerrando el juego con un 'ace'. La mala noticia para Ferrer es que recuperó su 'drive' ganador a tiempo para tomar ventaja en el juego de desempate.
Si para colmo le acompaña la suerte con una bola que pega en la cinta y cae muerta, poco más te queda por hacer. Solo esperar un error para volver a tener opciones, pero no cometerlos: Ferrer cometió una doble falta perdiendo 5-2, que acabó siendo un lastre.