Este sábado se cumple el primer aniversario de los Juegos Olímpicos de Londres, unos Juegos considerados como ‘felices y gloriosos’ por el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge. Un año después, los británicos se muestran orgullosos del resultado de una cita olímpico calificada como un éxito y que ha dejado un legado de gran valor.
El 27 de julio de 2012 los ojos del mundo se posaron en la capital del Reino Unido que durante los siguientes 16 días se convirtió en capital del deporte mundial. Los grandes dioses del estadio, la intensidad de la competición, la noble lucha por las medallas, las emociones del éxito o de la falta de recompensa al duro trabajo hecho durante los cuatro años anteriores.
Mil y una historias de los deportistas españoles, que algunos, como la nadadora Duane da Rocha, la piragüista Teresa Portela o el gimnasta Sergio Muñoz, han querido recordar para RTVE.es como los más felices e importantes de sus vidas deportivas.
Participar en unos Juegos Olímpicos es lo más grande para un deportista, con esa ilusión se preparan día a día. La prensa, gran parte del pública, juzga con términos de éxito o fracaso en función de los resultados. El atleta lo hace con otros parámetros, los de haber estado a la altura de sus posibilidades y habercdado lo mejor de sí mismo.
Los Juegos, en la memoria
Un año después, quedan en la retina los grandes momentos musicales de las ceremonias de apertura y clausura, la final del baloncesto, las medallas españolas, la gran actuación de las féminas hispanas de waterpolo, de balonmano, de sincronizada - que ahora vuelve a vivir momentos de éxito en los Mundiales de natación de Barcelona -, la actuación del taekwondo -tres medallas de tres-, el sobresaliente del piragüismo…
En Londres 2012, España mantuvo el nivel de medallas de Juegos anteriores: 17 en total, con tres de oro, 10 de plata y cuatro de bronce. Se recuerda a los campeones: Joel González, en taekwondo; el equipo femenino de vela de la clase Matc Race, integrado Tamara Echegoyen, Sofía Toro y Ángela Pumariega; y Marina Alabau, también en vela.
Pero esos Juegos también los recordamos por la eclosión del deporte femenino español, por Mireia Belmonte y sus medallas en natación; y por David Cal y su quinta medalla olímpica, el deportista olímpico español más laureado.
Un legado que merece la pena
Se ha cumplido también el primer año de la trigésimo primera olimpiada, la que concluirá con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Un año después, en Gran Bretaña han echado la vista atrás, han preguntado a su gente, y más de dos terceras partes de los encuestados ha dicho que los Juegos fueron positivos, que la herencia que han dejado en cuanto a instalaciones deportivas ha sido de gran valor, y que lo que costaron mereció la pena.
Han pasado 365 días desde que se encendió la llama olímpica en Londres. Quedan 43 para que conozcamos si el COI otorga a Madrid la organización de los Juegos de 2020 en su congreso de Buenos Aires.
Un año después de los fastos londinenses, la crisis económica ha golpeado con fuerza al deporte y a los deportistas españoles, cada vez con más problemas para poder mantener un adecuado nivel competitivo.
A pesar de ello, desde el recuerdo de lo que fue Londres 2012, cita olímpica arrebatada, por cierto, a Madrid, la capital española, el equipo organizador y los deportistas, esperan con ilusión poder vivir algún día la intensa emoción de tener unos Juegos en casa, como ya ocurrió en Barcelona.