Play4África está realizando las primeras entregas en Egipto, donde los expedicionarios se han acercado a numerosos proyectos gubernamentales, y de organizaciones como Hope International o PLAN.
El Cairo, uno de los principales destinos turísticos de todo el continente, metrópoli de contrastes y de escenas inverosímiles que llega a rozar el surrealismo, tiene entre sus más de veintiún millones de habitantes, un incontrolado número de niños de la calle, quienes han sido los principales receptores del material depositado en la Capital Egipcia. Niños de la calle que son acogidos por centros de integración que les proporcionan un auspicio para dignificar su injusta situación.
Las entregas de material han estado acompañadas por los componentes de la Expedición, quienes se han interesado por la labor que ejercen los responsables de los diferentes proyectos, se han producido intercambios de experiencias y conviviendo con los destinatarios finales de las entregas.
Bajo la mirada de la esfinge de Giza, construida como guardián de la tumba real y a tiro de piedra de las pirámides, lugar de responso de los reyes, se levantó el campamento Play4África, que sirvió como eje logístico para el reparto de la entregas programadas a los diferentes proyectos receptores del material, y al mismo tiempo la puesta en marcha de los vehículos, intendencia, equipos de comunicaciones, y cuanto necesario para emprender rumbo al sur de país antes del cruce de frontera con Sudán, próximo país donde se producirán las entregas.
Los vehículos que comenzaron su andadura el pasado siete de marzo desde la ciudad de Almería, llegaron al puerto de Alejandría tras sendas escalas en Valencia y Salerno, evitando con esta ruta el paso por Libia, y que ha provocado una alteración leve en el calendario.
La Expedición pudo finalmente desembarcar los vehículos desde el puerto de Alejandría, donde han permanecido más de siete días con la impunidad de unas autoridades inflexibles en el despacho aduanero. Play4África continúa su andadura hacia Sudáfrica, tras cruzar trece países y recorrer más de treinta y dos mil kilómetros, apoyando el derecho a jugar y entregando ayuda humanitaria que contribuya a paliar las mayores enfermedades que azotan a la población infantil, Malaria, problemas del agua y VIH.