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Cuando la madre de Aschwin vio nadar a su hijo

JORDI TOMÀS, ENVIADO ESPECIAL
2 min.

Winnie Faber es una holandesa afincada en España desde hace muchos anos. Llegó a Barcelona acompañando a su marido Paul Wildeboer que había sido contratado por el CN Barcelona. Tras unas temporadas en el club decano de la natación española , Paul fichó por el CN Sabadell.

Allí los Wildeboer echaron raíces y allí nacieron sus hijos Olaff y Aschwin. Los dos tocaron agua muy pronto. No podía ser de otra forma. Paul su padre entrenaba al equipo más potente de Espana, ella, Winnie, la ayudaba con los nadadores mas pequeños.

Olaff y Aschwin fueron creciendo. Llegaron a la Selección Nacional, pero mientras Paul viajaba junto a sus hijos cuando eran convocados, en su calidad de preparador, Winnie se quedaba en el Club dirigiendo y entrenando al resto del equipo.

Había mucha tarea que hacer. Por eso Winnie nunca pudo ver a su hijo Aschwin desde la grada de una piscina en la que se disputara un Mundial o un Europeo.

Hoy en Roma sí. Presenciará con el corazón de madre en un puño como su hijo pequeño se bate en la final de 100 metros espalda con la flor y nata de la elite mundial.

No estará Peirsol, el gran rival de su vástago, que no logró clasificarse, pero da igual, la puesta en escena impresionará igual a la madre, que mentalmente contará brazadas y analizará en un instante si la capacidad de reacción de Aschwin ha sido la adecuada.

Tras las eliminatorias y las semifinales, en las que el espaldista del Sabadell, me decía "No cantes la medalla antes de tiempo....está en su mejor momento, pero hay que nadar".

Winnie,que ahora vive en Dinamarca donde su marido es responsable del equipo nacional danés, podrá, por fin jalear a su retoño en el momento supremo de una gran competición. Este ha sido el mejor año para el nadador español.

Al fin Winnie verá nadar a su hijo en directo y no a través de la tele.

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