Nunca llegamos a conocer de verdad a quienes nos rodean, porque ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos. En el entorno perfecto, con todo bajo control, es fácil confiar en nuestro círculo más cercano. Pero esa confianza se pone a prueba cuando la calma y la rutina se rompen. Cuando el timbre del colegio ya no marca el final de las clases, sino el principio de una pesadilla. Es ahí, en esa fragilidad, donde empieza la verdadera historia.
Un niño lleva desparecido tres años. Se sospecha de un grupo de padres, pero no hay nada oficial. Tampoco claro. Sin embargo, un día, a la salida del colegio aparece un cuerpo. Los rumores vuelan en los chats de padres. ¿Es realmente él? ¿Es otro? En ese instante, las miradas se convierten en juicios, la curiosidad en morbo, el morbo en miedo y el miedo en angustia. ¿Qué pasaría si tu hijo estuviera en el centro del huracán?
Este es el dilema que plantea Pablo Rivero (Madrid, 1980) en su nueva novela, El rebaño. Porque el actor, escritor y licenciado en Comunicación Audiovisual lo tiene claro: "No hay mayor defensa que la de un hijo. Por mucho que le eduques, nadie te enseña ni te prepara para lo que podría ser capaz de hacer, y lo que más miedo me da –confiesa en Las tardes de RNE–, es lo que tú llegarías a hacer por él".
Las tardes de RNE. Pablo Rivero, nuestro invitado misterioso
Los grupos de WhatsApp de padres, el afán de protección exacerbado, la histeria colectiva, la moral y la mezcla incesante de información y desinformación son el caldo de cultivo de este thriller. Un thriller que, aunque plantea "un caso extremo" al ser precisamente una novela negra, como advierte Pablo Rivero, no está tan alejado de la realidad. Porque la ficción, a menudo, bebe de lo cotidiano. Simplemente lo refleja.
De hecho, el germen de esta historia nació de una experiencia personal. Uno de esas, dice el madrileño, que seguro que "a los que somos padres les sonará". "Tuve conflictos en el colegio, que, aunque viví tranquilo, terminas entrando en una mentalidad de rebaño. Todos acabamos pensando lo mismo", cuenta.
Los grupos de WhatsApp del colegio: un arma de doble filo para los padres
Al final, una idea se impone y nadie la cuestiona hasta que el miedo se introduce y empiezan los problemas. La sugestión hace el resto. "Me vi dentro de una vorágine que un día me hizo saltar por un tema en el que no tenía razón, pero por el que estaba sugestionado. Entonces pensé: "si yo he hecho esto y ni a mí ni a mi hijo nos ha pasado nada, es que estamos al límite"", reflexiona el autor.
Sobre todo, porque es en esos momentos de calma después de la tormenta, cuando aflora una inquietud que no se puede ignorar. Ese elefante en la habitación que todos observan, pero nadie se atreve reconocer. No solo es imposible controlar todo, sino que apenas controlamos nada. Y mucho menos cuando lo que está en juego no eres tú.
El debate sobre la responsabilidad en la crianza
"Nos pasamos el día educando a nuestros hijos y dándoles herramientas, pero el 70% del tiempo están fuera de casa y no dependen de ti. Y ahí –señala Pablo Rivero–, es donde aprenden y también donde aparece el debate de quién tiene más responsabilidad, si los profesores o los padres". O quizás el entorno.
Las amistades también influyen, apunta el actor y escritor. "Cuando veraneas, por ejemplo, vas controlando un poco tus grupos, pero si te ponen a alguien en clase que no quieres, intentas sobrevivir y muchas veces se generan conflictos". ¿El problema? Que también, "muchas veces, los padres entramos en pánico, y los chats se disparan", explica el intérprete de Toni en Cuéntame cómo pasó.
"Cuando es el hijo de otro, compartimos la noticia, opinamos, damos por hecho cosas. Pero cuando es el nuestro, todo cambia", critica. Y no puede ser. Así, como ya hizo con su anterior libro, La matriarca, en El rebaño Rivero ha decidido enfrentarse a "las cosas que me aterrorizan". "Siempre hablamos de los padres de los niños acosados, pero no sé si es peor ser el padre del que acosa", reflexiona.
Por eso, trata de profundizar en sus personajes, "Intento sacarlos de los estereotipos de la novela negra. Trato de humanizarlos, que caigan bien o mal para entenderlos", explica porque "si son reales significa que cualquiera podemos hacer algo así". "Ojalá que no pasara nada, pero sucede", concluye Rivero.