Bárbara de 'Valle Salvaje' es un personaje escrito en clave feminista: durante la serie, ambientada en el siglo XVIII, vive un despertar en el que descubre los derechos por los que puede y debe pelear como mujer en una época que le va a la contra. Y lo hace gracias a los libros, que le abren los ojos al mundo.
Emma Guilera, la actriz que la interpreta, nos abre su biblioteca en este 8 de marzo para descubrirnos cuatro obras precursoras del feminismo actual. ¡Porque la lucha de las mujeres viene de muy, pero que muy lejos! Y antes de que palabras como "feminismo" o "machismo" se popularizasen, ya había mujeres y hombres escribiendo para visibilizar la opresión de las mujeres o defender la igualdad de los sexos.
La ciudad de las damas, de Christine de Pizan (1405)
Ilustración medieval de cuatro mujeres; una lee un libro, tres coronadas alrededor de una mesa con espejo, libro y copa. Editorial Siruela.
Este es el libro que a Bárbara le cambia su percepción del mundo, y no es para menos: escrito en 1405, es una defensa pionera de los derechos de las mujeres, precursora de la literatura feminista. De Pizan se crió entre intelectuales y recibió una educación privilegiada para la época, siendo capaz de detectar el machismo (que aún no se llamaba así) y los prejuicios que rezumaba la época medieval. Es muy curioso que, como mucha literatura feminista posterior, empieza escrito en primera persona, con la autora reflexionando sobre su lugar en la sociedad. “La ciudad de las damas” es una especie de utopía, un espacio simbólico que ella imagina donde las mujeres son valoradas y tratadas en igualdad.
No confundir con…
De la educación de las damas, Poullain de la Barre (1674)
Portada de libro: Ilustración abstracta de mujer con libro abierto. Título: "DE LA EDUCACIÓN DE LAS DAMAS". Autor: Poulain de la Barre. Editorial: Cátedra.
Poullain de la Barre fue un escritor y sacerdote, discípulo de Descartes, que en el siglo XVII escribió tres publicaciones muy encendidas en defensa de los derechos de las mujeres y tuvo que exiliarse debido a lo “polémico” de sus ideas en aquel momento. Fue de los primeros intelectuales en proponer y defender la igualdad de hombres y mujeres, defendiendo desde la razón que la inteligencia no tiene sexo y el camino para la igualdad era permitir el acceso de las mujeres a la educación.
Medea, de Eurípides (431 a.C)
Medea, editado por Penguin
Esta tragedia de la época clásica presenta uno de los personajes femeninos más importantes del teatro y la literatura universal. Es una historia difícil porque Medea, como Edipo, es un sujeto trágico que se ve abocado a la crueldad y la autodestrucción, pero es muy interesante por su complejidad: por un lado es una mujer enamorada y madre de sus hijos, y por otro lado una mujer asesina, sin piedad ante quienes la afrentan. Es una mujer que se apropia de sus deseos sexuales y muestra fuerza de voluntad y capacidad de agresión, algo totalmente revolucionario en una época en la que las mujeres no eran consideradas iguales a los hombres ni sujetos políticos.
Neptuno alegórico, de Sor Juana Inés de la Cruz (1680)
Neptuno alegórico, editado por Cátedra
Este título que lee Bárbara no lo sacamos de la biblioteca por su contenido sino por su autora, Sor Juana Inés de la Cruz, que también fue una adelantada a su época. Está considerada la escritora más grande del barroco, y consiguió escribir y publicar muchísimas obras en una época en la que las mujeres no podían dedicarse a la literatura. Llegó a disfrazarse de hombre para poder estudiar en la Universidad y siempre defendió los derechos de la mujer a la educación.