Aunque no lo notemos, la Tierra gira constantemente. Cuando lo hace sobre su propio eje genera unos efectos físicos que afectan a todo lo que nos rodea. Fenómenos atmosféricos de repentina aparición o cambios en las corrientes oceánicas son algunos de los aspectos condicionados por la rotación terrestre.
Además del movimiento de la Tierra sobre sí misma, nuestro planeta también orbita de forma elíptica alrededor del Sol. Es lo que se conoce como traslación y es el causante, por ejemplo, de las estaciones del año o de la distinta duración del día y la noche. Pero la cosa no queda ahí.
Los flujos de movimiento de la Tierra también pueden afectar de forma importante a la trayectoria de los vientos y los objetos en movimiento, especialmente de aquellos que tienen grandes dimensiones y que se desplazan en largas distancias a través de la Tierra. Es el caso de los aviones. ¿Alguna vez te has preguntado por qué tardas menos en volar desde Nueva York a España que al revés?
Una fuerza increíble
La respuesta a esta pregunta está en un efecto llamado Coriolis, que influye de forma especialmente notable en la dirección de los vientos. Estos giran hacia la derecha en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el hemisferio sur. Al viajar hacia el oeste, los aviones vuelan contra el flujo de los vientos predominantes, pero, al regresar, esos vientos impulsan aún más al avión.
En estos viajes se crean, además, corrientes de chorro o ‘jetstreams’ que favorecen la trayectoria del vuelo en esa dirección. Esto explica por qué tardamos menos en volar desde Nueva York a España que si lo hacemos en la dirección contraria.
Coriolis, nuestro cinturón de seguridad
Coriolis afecta a todo lo que nos rodea, también, a los fluidos que se encuentran en la parte superior de la Tierra, como las nubes y los vientos. De hecho, “la Tierra se mueve en el Ecuador a 1.600 kilómetros por hora. Si los vientos no se movieran junto al planeta, significaría que estaríamos sufriendo vendavales de hasta 1.600 kilómetros por hora”, explica Ignacio Crespo, médico-divulgador y colaborador de ‘Curioseando’.
¿Qué ocurre entonces? “Las nubes se mueven cuando la tierra gira y, en realidad, se ven arrastradas por el aire que queda alrededor”, concluye Crespo. Así, el efecto de la fuerza del viento es mucho más suave, actuando como un cinturón de seguridad que nos sujeta.

Experimento del Efecto Coriolis: dos personas en un balancín sobre un mapa terrestre, con flechas indicando la rotación en ambos hemisferios.
La inercia de la Tierra
Además de su influencia en los vientos y los viajes en avión, Coriolis influye en la trayectoria de otros objetos más pequeños que ejercen un movimiento sobre la Tierra. Esto es precisamente lo que han comprobado Marc Santandreu y Crespo en un divertido experimento de ‘Curioseando’ para entender mejor el efecto y su relación con la inercia y trayectoria de los objetos cuando están en pleno movimiento. “Si cuando estamos quietos, lanzo la pelota a Marc, la trayectoria seguirá una línea recta, pero, ¿qué pasaría si nos movemos?”, pregunta Crespo.
Si quieres descubrirlo, no te pierdas ‘Curioseando’, todos los miércoles a las 22:00 horas en La 2 y siempre en RTVE Play.