El estreno de Maestros de la Costura Celebrity trajo consigo una dosis de nostalgia, talento y viejas rencillas guardadas en el costurero. En la primera prueba de la temporada, el taller se convirtió en escenario de un reencuentro que muchos esperaban con expectación: Mónica Cruz y Eduardo Navarrete volvían a verse las caras. Algunos de los aprendices de esta primera promoción celebrity ya habían pisado el taller en ediciones anteriores, pero como invitados. En el caso de Mónica Cruz, asistió a la final de la primera edición para ayudar a Eduardo Navarrete en la confección de un vestido de novia. Sin embargo, aquella experiencia dejó una espina clavada en el diseñador, quien confesó sin tapujos: "Muy mona, pero la chica, pues no cose".
Con este antecedente, el reencuentro prometía chispas. Navarrete volvía a casa rodeado de amigos como Silvia Superstar, su musa La Terre y Eduardo Casanova… Pero con Mónica la relación no había quedado en los mejores términos. ¿Sería esta la oportunidad para redimirse o se tirarían el acerico a la cabeza?
Mónica Cruz sorprende: ahora sí cose y lo deja claro
Lo que parecía una revancha anunciada dio un giro inesperado. Mónica llegó con las ideas claras y una determinación férrea: "Tenía muchas ganas de que llegara este momento porque yo nunca he tenido ningún problema con él", afirmó con seguridad. Lejos de los rifirrafes del pasado, la actriz y bailarina se propuso demostrar todo lo que había aprendido desde su primera visita al taller.
En un cosido complicado, donde la canilla y la máquina no estaban a favor, decidió aplicar la técnica del moulage, un método de confección que trabaja directamente sobre el maniquí. Mónica deslumbró con su destreza, sorprendiendo al jurado, y se posicionó como una de las mejores aprendices de la noche en este primer programa de Maestros de la Costura Celebrity.