‘Saber y ganar’ recupera en la ‘Pregunta caliente’ la figura de una de las primeras artistas españolas que lograron triunfar en todo el mundo mucho antes de que internet y las redes sociales facilitasen la viralidad. Se trata de Raquel Meller, una actriz y cantante de cuplés que con su voz, presencia y atractivo sedujo no solo al público, sino a grandes nombres como el de Alfonso XIII, Joaquín Sorolla o el mismísimo Charles Chaplin. ¡Y llegó a ser portada de la revista 'Time'!
De modista a artista
Francisco Marqués López nació en Tarazona, en Zaragoza, el 9 de marzo de 1888. Conocida como Paca por su entorno familiar, se crio en una familia humilde que pensó que enviándola a Francia con una tía podría tener un mejor porvenir. La pariente era monja clarisa en un convento al sur del país vecino, así que Paca se educó en un entorno religioso y comedido.
Cuando ya se había convertido en una jovencita, decidió regresar a España para reunirse con su familia, que en ese momento vivía en el barrio del Poble Sec de Barcelona. Comenzó a trabajar como modista y a frecuentar los locales nocturnos donde se realizaban espectáculos musicales y de varietés.
Fue así como Paca se sintió atraída por el mundo del espectáculo y se lanzó a probar suerte. Se dio a conocer como “La Bella Raquel” y empezó trabajando a dúo con su hermana, algo muy común en aquellos años. Más tarde, se cambiaría el apellido por el de origen alemán Meller, al parecer, en honor a un antiguo amante.
Fama y éxito mundial
Fue en 1911, cuando tenía 23 años, cuando Raquel Meller debutó en el Teatro Arnau de Barcelona. La fama le llegó de inmediato y comenzó a grabar discos que se hicieron muy populares no solo en España, sino también en el extranjero. París, Uruguay, Chile y Argentina la recibieron como una diva, y en 1926 dio el salto a Estados Unidos con una gira que la llevó por Los Ángeles, Chicago, Boston y Nueva York, entre otras ciudades. Sin ir más lejos, 'The New York Times' anunció su espectáculo en el Empire Theatre.
Raquel Meller también tuvo papeles en el cine. Con 'Violetas imperiales' (1923) y 'Carmen' (1926) se convirtió en todo un fenómeno del cine mudo, aunque más adelante, con la llegada del sonido, también tuvo papeles en la gran pantalla. Su talento sedujo al mismísimo Charles Chaplin, quien quiso contar con ella en 'Luces de la ciudad'. Corría el año 1931 y, según cuentan, un problema contractual hizo que Meller tuviese que rechazar su propuesta, algo que no le sentó nada bien.
Lo que esta mujer de Tarazona logró cantando cuplés y mostrando sus dotes interpretativas sobre las tablas la llevó a convertirse en una gran estrella. Tanto es así, que superó a nivel salarial a otros ídolos del momento como Carlos Gardel o Maurice Chevalier. El pintor Joaquín Sorolla la retrató y también se sintió atraído por ella, de la misma manera que el rey Alfonso XIII solicitó que fuese a actuar a palacio. La Meller, haciendo gala de su carácter, respondió que si quería verla, que fuese él al teatro. El monarca claudicó y asistió a su espectáculo.
Retrato de la cantante Raquel Meller (1918) Joaquín Sorolla / Wikimedia
Últimos años de vida
Es evidente que, siendo una artista de tal calibre, aparecieron diversas artistas inspiradas en su figura. Raquel Meller no estaba nada contenta con estas imitaciones y llegó a abofetear a la Argentinita tras verla hacerlo. El incidente se llegó a publicar en un diario de Nueva Zelanda.
Sara Montiel y Carmen Sevilla son solo dos ejemplos más de la influencia de Raquel Meller, quien durante la Guerra Civil se marchó de España para regresar una vez terminado el conflicto. El paso de los años hizo que su figura fuese perdiendo relevancia, algo que nunca llevó muy bien.
En sus últimos años de vida, Raquel Meller vivió en su barrio de siempre, el Poble Sec, alejada de los medios, hasta que murió en el Hospital de la Cruz Roja de Barcelona a los 80 años. Cabe decir que su entierro fue multitudinario y que, entre la infinidad de obituarios que se le dedicaron, 'The New York Times' tuvo un recuerdo para su arte y su figura.