En 2016, llegó a las librerías francesas Police, una novela que daba la vuelta al género policiaco y que se convirtió en pocas semanas en un auténtico bestseller. Escrita por Hugo Boris, la historia no ponía en el centro a dos policías judiciales, los que suelen perseguir los crímenes, sino a dos simples funcionarios de las fuerzas de seguridad que van a toparse con un enorme dilema moral. El éxito del libro y la vinculación del escritor con el cine, -fue asistente de producción- allanaron el camino hasta su adaptación a la gran pantalla en 2020 con la película Police (Night Sift) dirigida por Anne Fontaine y protagonizada por dos conocidos rostros del cine francés, Virginie Efira y Omar Sy (Intocable).
La historia se ubica una abrasadora noche de verano, Virginie, Érik, su comandante y Aristide, compañero de trabajo y de relación extramatrimonial, emprenden una misión poco habitual para ellos: escoltar a un extranjero, Asomidin Tohirov, inmigrante ilegal, hasta el aeropuerto Charles de Gaulle para su expulsión. Pero Virginie, sumida en una tormenta personal, madre de un bebé y esposa de un hombre que no le presta demasiada atención tras su reciente maternidad, comprende que esta repatriación es sinónimo de muerte segura.
La acción ocurre en 24 horas
La directora de Police (Night Sift) plantea una inmersión de 24 horas en una comisaría parisina. Con el trasfondo de la inmigración irregular y las expulsiones en la frontera. Una realidad que, en Francia, había desatado un debate nacional tras salir a la luz varios casos de abuso de poder por parte de la policía. Todo ello queda reflejado en la película, pero Police va más allá, mostrando también la capa humana que se esconde detrás del uniforme.
La película se sitúa a una distancia prudencial para estudiar de manera aislada las angustias emocionales de los protagonistas y de su cautivo. Todo ello con una puesta en escena eficaz y una estructura narrativa depurada que muestra de forma creíble la profesión de policía. Ayuda a ello el excelente trío de actores. También destaca la presencia de Aristide, la protagonista que termina a los protagonistas de los uniformes (sobre todo, a Virginie, algo mucho menos usual en un género eminentemente masculino) p
La barrera idiomática
El lenguaje es un elemento muy importante en la película. Al igual que los tres policías, el espectador tampoco entiende lo que dice el extranjero al que están escoltando. Sin embargo, la clave para la directora era mostrar como, a veces, el sentido más humano derriba las barreras idiomáticas. Hay algo universal que trasciende a la incapacidad de entenderse de forma verbal. Por el contrario, la película muestra como dentro de un matrimonio que habla el mismo idioma, a veces, la pareja es incapaz de entenderse.
La importancia de la música
Otra de las claves narrativas de la película está en la música elegida por la directora. Anne Fontaine diferencia claramente dos momentos en el filme, el primero con música pop, en el que escuchamos canciones como Elle a les yeux revolver, de Marc Lavoine y Fabrice Aboulker, de los años 80. Momento de arranque en el que la cosas van relativamente bien, antes de que comience el conflicto de la trama. Es ahí cuando la banda sonora de la película cambia de tercio. El momento en el que la protagonista lee el expediente del convicto al que deben escoltar para ser deportado y se entera de que esa decisión puede acarrearle la muerte en su país. A partir de esa secuencia, la directora elige temas de música clásica, en concreto de Bach, con los que subrayar la grave situación que se plasma en la película.
Disfruta de Police (Night Shift) y de otras novedades que acaban de llegar a la plataforma de RTVE Play como 1917, As bestas o Mataharis o Up in the air. Disfruta de la película aquí: