Con esta emisión Metrópolis despide su ciclo de reemisiones de verano para dar la bienvenida a una nueva temporada la semana próxima. Para despedirse del verano, Metrópolis recupera el segundo capítulo que completa su recorrido por la Bienal de Venecia 2024, presentando algunas de las propuestas ofrecidas por los 88 países y 30 organizaciones sin ánimo de lucro participantes en esta edición que puede visitarse hasta el 24 de noviembre.
Al igual que la exposición central, muchos de los proyectos de los Pabellones Nacionales y Eventos Colaterales se centran en los sujetos oprimidos, invisibilizados y excluidos, pero también en el deterioro del medioambiente consecuencia de la explotación extractivista. Proponen relatos de resistencia y liberación que difieren de la historia oficial, exponiendo cómo ésta ha sido escrita. Varios de estos proyectos expositivos incluyen propuestas de activación lúdica y formativa, muestra de una clara voluntad de involucrar al público en la toma de conciencia y en la creación de nuevos relatos inclusivos.
Enfoques decoloniales
En el pabellón de España de esta 60ª edición de la Bienal de Venecia expone, por primera vez, una artista migrante, Sandra Gamarra, nacida en Perú y residente en Madrid, que ha ocupado el edificio con su ‘Pinacoteca Migrante’, institución creada para exponer narrativas que han sido silenciadas en los relatos de los museos tradicionales. La artista expone el sesgo en la representación de colonizadores y colonizados a través de la relectura e intervención en un centenar de cuadros datados entre la época del Imperio y la Ilustración pertenecientes a colecciones patrimoniales españolas,
Bajo el título ‘The International Celebration of Blasphemy and The Sacred’, los Países Bajos presentan el trabajo de CATPC, un colectivo artístico formado por trabajadores de una plantación congolesa, a cuya expropietaria Unilever responsabilizan de la destrucción de su Bosque Sagrado. Desde 2014 financian la recuperación de sus tierras ancestrales con la venta de esculturas, en las que critican la violencia colonial y el capitalismo extractivista, que también son fundamentos del sistema del arte establecido.
La explotación pasada y presente de la naturaleza son tematizadas en el pabellón de la antigua Checoslovaquia: en su interior, la artista checa Eva Koťátková relata la historia de la jirafa Lenka, muerta en el zoo de Praga solo dos años después de ser capturada en Kenia. Frente a los métodos tradicionales de transmitir conocimiento sobre los animales y la naturaleza, ‘The heart of a giraffe in captivity is twelve kilos lighter’ propone una confrontación directa y personal capaz de establecer lazos emocionales basados en los cuidados y los afectos; en las paredes exteriores del edificio, el artista y activista eslovaco Oto Hudec representa, bajo el título ‘Floating Arboretum’, árboles en peligro de extinción.
El pabellón de Portugal ha sido concebido por primera vez por un equipo de afrodescendientes, compuesto por Mónica de Miranda, Sónia Vaz Borges y Vânia Gala. ‘Greenhouse’ es un proyecto transdisciplinar en torno a un “jardín criollo” de plantas nativas de África, que recuerda las pequeñas parcelas creadas por sujetos esclavizados, antítesis de los grandes monocultivos. La tierra es entendida aquí como un elemento portador de memoria que conecta pasado y presente, explotación colonial y crisis ecológica, luchas de liberación y diáspora. Estos son temas compartidos por el artista y cineasta británico de origen ghanés John Akomfrah, cuya envolvente instalación audiovisual ‘Listening all Night to the Rain’ ocupa la totalidad del pabellón de Gran Bretaña. El proyecto, organizado en ocho “cantos” y empleando el agua como elemento común a toda experiencia humana, dibuja, a partir de relatos de personas migrantes residentes en Gran Bretaña, múltiples narrativas geopolíticas que engloban a los cinco continentes.
Reuniendo obras de los artistas Franck Abd-Bakar Fanny, François Xavier Gbré, Jems Koko Bi, Marie Claire Messouma y Sadikou Oukpedjo bajo el título ‘The Blue Note’, el pabellón de Costa de Marfil invoca, frente a las divisiones del mundo actual, el lenguaje singular, a la vez que universal, del arte. Invoca también, frente a este mundo desolado, el blues, la música creada en un acto de resiliencia absoluta para por africanos esclavizados para cantar la pérdida y la desolación, pero también la esperanza.
Otro pabellón que estrena artista afrodescendiente es el de Francia, convertido por Julien Creuzet en un ambiente sensorial que invita al espectador a dejarse llevar por imágenes, olores, sonidos y palabras como las que dan título al proyecto: ‘Attila cataracte ta source aux pieds des pitons verts finira dans la grande mer gouffre bleu nous noyâmes dans les larmes marées de la lune’. Remitiéndose a experiencias vividas durante su infancia en Martinica, el artista aboga por revitalizar nuestros sentidos y nuestra imaginación para recuperar otros modos más libres de ser y estar en el mundo.
Visibilización y empoderamiento de la mujer en el mundo árabe
Llaman también la atención en esta bienal una serie de propuestas de países árabes enfocadas en la mujer. Como ejemplo, en el pabellón de Arabia Saudí la artista Manal AlDowayan muestra la instalación ‘Shifting Sands: A Battle Song’, conformada por grandes esculturas de seda que incorporan textos publicados sobre la mujer saudí en los medios de comunicación, los cuales dan paso a dibujos y palabras de mujeres saudíes participantes en los talleres impartidos por la artista en apoyo de su búsqueda de voz y espacio propios en la esfera pública del país.
Por su parte, Mounira Al Solh para el pabellón de Líbano, revisa en ‘A Dance with her Myth’, el milenario mito del rapto de Europa por Zeus desafiando la iconografía tradicional y deconstruyendo los estereotipos sexuales hasta configurar un destino libre de dioses para la mujer. Mientras, Uzbekistán presenta la instalación ‘Don't miss the cue’ de Aziza Kadyri, que inserta, en un ambiente onírico configurado por cortinas de tela azul, una serie de videoensayos sobre la relación del cuerpo con su entorno basados en relatos de mujeres uzbecas y realizados por el colectivo de artistas Qizlar.
Resonancias de conflictos actuales
Los conflictos del presente resuenan en un pabellón de Israel cerrado debido a que la artista Ruth Patir se ha negado a abrir su exposición ‘Motherland’ hasta que se alcance un alto el fuego en Gaza. La experiencia de otra guerra cercana es compartida con el público de la bienal en el pabellón de Polonia, donde el colectivo de artistas ucranianos Open Group ha instalado, bajo el título ‘Repeat after Me II’, un singular bar de karaoke: en dos videos opuestos, refugiados de la guerra de Ucrania cuentan su experiencia personal de los ataques sufridos por distintos tipos de armamiento, invitando a los espectadores a imitar sus sonidos. La propuesta involucra al público en experiencias traumáticas personales, a la vez que proporciona información importante para un potencial futuro militarizado, donde la capacidad de reconocer y distinguir los sonidos de las armas puede ser vital.
De forma implícita, estos conflictos están también presentes en algunas de las exposiciones colaterales, que reflejan tanto la resiliencia de la población civil, como la necesidad de proyectar otros mundos posibles. ‘From Ukraine: Dare to Dream’, presentado por la Victor Pinchuk Foundation invita a soñar a pesar de todo a partir de los trabajos de Zanna Kadyrova, Dana Kavelina, Kateryna Lysovenko, Yarema Malashchuk y Roman Khimel, Allora & Calzadilla, Otobong Nkanga o David Claerbout.
El proyecto ‘South West Bank - Landworks, Collective Action and Sound’ reúne obras realizadas en años recientes en el sur de Cisjordania por Artists + Allies x Hebron en colaboración con Dar Jacir for Art and Research. Artistas como Duncan Campbell y Samer Barbari, Adam Broomberg y Rafael González, Vivien Sansour o Emily Jacir y Andrea De Siena reflejan cómo en este territorio ocupado por Israel desde 1967, son claves para la supervivencia la resiliencia, la inventiva, la solidaridad y el cuidado de la tierra.
Finalmente, ‘Bestiari’ de Carlos Casas, presentado por el Institut Ramon Llull, proporciona al público un encuentro con la percepción sensorial animal, que invita a imaginar nuevos modos de relación interespecies.