"Yo tenía 21 años y era modelo de revistas. Un fotógrafo me dijo que en la Universal buscaban a alguien para posar para una película y fui. Hablé con Alfred Hitchcock y me pidió que me desnudara. Luego me entrevisté con Janet Leigh y tuve que volver a desnudarme y quedarme en ropa interior. Mi cuerpo era muy parecido al suyo, así que me contrataron". Habla Marli Renfro, que ha pasado a la historia por doblar a la actriz en la escena de la ducha de Psicosis, y lo cuenta en el documental 78/52: La escena que cambió el cine, de Alexandre O. Philippe.
El inicio del título del documental 78/52 hace referencia al número de montajes y al número de cortes que hay en la secuencia: 78 montajes y 52 cortes. El dato es asombroso y hubo que dedicar una cuarta parte del plan de producción para rodar la secuencia, imitada, revisitada e incluso parodiada. Una escena de la que se ha dicho y escrito de todo. Y todo bueno.
Enseñar poco, insinuar mucho
Psicosis se estrenó en 1960 y causó un gran impacto en el público, sobre todo por la muerte de la protagonista, Marion Crane, en la ducha, a tan solo cuarenta y seis minutos del comienzo de la película. La escena tenía que ser creíble, pero no podía salirse de los límites morales de Hollywood, muy precisos sobre cuerpos desnudos y violencia explícita. Hitchcock recurrió a la técnica del staccato, para confundir al espectador y no sepa lo que está pasando. El director recurrió a Saul Bass, que además de los títulos de crédito, hizo de asesor. El reto de ambos era mostrar un asesinato brutal, pero sin sangre.
La secuencia es como un rompecabezas, con partes del cuerpo de Janet Leigh y otras de Marli Renfro, y con planos son muy cortos (algunos duran un segundo) y planos medios que pasan tan rápido que apenas da tiempo a asimilar lo que se ve. La bañera estaba entre cuatro paredes móviles, para permitir que las cámaras grabasen desde diferentes ángulos. Para la sangre se utilizó sirope de chocolate y para el sonido del cuchillo se probó clavando distintos cuchillos en melones de diferentes tipos y algún bistec, hasta lograr el sonido deseado. La música, de Bernard Herrmann, envuelve la secuencia potenciando las poderosas imágenes.
Inspirado en un libro basado en una historia real
Alfred Hitchcock compró en 1959 los derechos del libro Psycho, escrito por Robert Bloch. La novela estaba inspirada en el asesino en serie Ed Gein, detenido en 1957, que había matado a varias mujeres y había utilizado partes de sus cuerpos para hacer objetos, como máscaras y lámparas, para rendir culto a su madre, que había muerto unos años antes. En el libro, la escena de la ducha aparece en la página 28 y es muy breve: "El ruido era ensordecedor. El cuarto empezó a llenarse de vapor. Por eso no pudo oír cómo se abría la puerta, ni el sonido de los pasos que se acercaban. Y al principio, cuando las cortinas de la ducha se abrieron, el vapor oscureció aquel rostro. Fue entonces cuando lo vio. Un rostro que miraba a través de las cortinas, colgando del aire como una máscara. Media bufanda ocultaba el cabello y unos ojos vidriosos la contemplaban inhumanamente. Pero no era una máscara. No podía serlo. La piel estaba cubierta de polvo blanco y tenía dos rosetas rojas en las mejillas. No era una máscara. Era el rostro de una vieja loca. Mary comenzó a gritar. La abertura de las cortinas ensanchó y surgió una mano que sostenía un cuchillo de carnicero. El cuchillo que solo un momento después cortó su grito, y su cuello".
Hitchcock pidió que no contaran el final
El director logró trasladar la tensión y el horror del libro a la pantalla. La secuencia tiene un dramatismo y una tensión brutales, que no terminan con la muerte de Marion. El agua de la ducha sigue cayendo y el cadáver yace mitad dentro, mitad fuera de la bañera, con la cabeza caída tocando el suelo, el pelo mojado y un ojo abierto como si hubiese saltado. Un brazo cuelga flácido y mojado sobre el suelo de baldosa, cayendo por el lateral de la bañera, corriendo espesos a lo largo de la porcelana, vemos numerosos pequeños hilos de sangre. "Creo que la escena de la ducha enalteció el cine, no sólo el género de terror en concreto, sino el cine en general. Lo ves una y otra vez y sigues descubriendo cosas nuevas. Creo que es una de esas obras de arte espectaculares", dice Jeffrey Ford, montador de Los vengadores y Capitán América.
En 1998, Gus Van Sant hizo una versión de Psicosis con Anne Heche en el papel de Marion. La película incluye un plano de la escena de la ducha que Hitchcock decidió eliminar: un plano cenital del personaje cayendo desplomada, desnuda, ensangrentada. Anne Heche, que quería arriesgar, quiso rodarlo. El documental de Alexandre O. Philippe avanza repasando la obra del maestro del terror, comparando Psicosis con películas como Frenesí. Se estrenó en 2017 en el Festival de Sundance y luego recorrió otros como el de Sitges y Valladolid.