Cine

'Dios mío, los niños han vuelto': madre manipuladora, padre 'empanao', niña de papá y yerno looser

RAFAEL MUÑOZ(@MUNOZ_RAFA)
4 min.

Anna y Thomas son una pareja joven, sin hijos. Viven en el apartamento prestado por un amigo, que reside en el extranjero. Esto les da cierta soltura para vivir mientras ella prepara la tesis y él trabaja en una agencia de viajes. Pero un cúmulo de circunstancias adversas hace caer su castillo de naipes y Thomas solo ve una salida: ir a vivir a casa de sus suegros. Una idea que Anna no comparte, pero que termina aceptando. Sus padres son Yann y Catherine. Él está jubilado y está dedicado con pasión a cuidar de sus bonsáis y ella se siente desplazada y sustituida por estas pequeñas plantas. La presencia en casa de su hija y su yerno son la gota que colma el vaso y se marca como objetivo que se vayan de su casa.

La generación boomerang

Michèle Laroque dirige y protagoniza esta película francesa que cuenta una historia es universal. Son muchas las familias que se pueden sentir identificadas, tanto los padres como los hijos, porque esta comedia de ficción está inspirada en casos dramáticos que ocurren con demasiada frecuencia. Son muchos los jóvenes que se fueron de casa pero tuvieron que volver empujados por los problemas económicos, la inseguridad laboral y el encarecimiento de la vida. Esta generación boomerang inspira a Michèle Laroque, que enmarca su historia en humor, a veces absurdo, para que se digiera mejor.

Stéphane De Groodt y Michèle Laroque son marido y mujer en 'Dios mío, los niños han vuelto'

Un reparto un tanto familiar

Junto a Michèle Laroque vemos a Stéphane De Groodt, como Yann, a Alice De Lencquesaing como Anne y a Olivier Rosemberg como Thomas. "Es la primera vez que trabajo con Stéphane, y es un actor de una generosidad increíble y aporta un toque loco al personaje". La directora mezcló familia real con ficticia, ya que su hija Oriane Deschamps interpreta a Mathilde, la hermana de Anne.

¿Celos de un bonsái?

Resulta gracioso que Yann viva volcado en cuidar de sus bonsáis hasta el punto de olvidarse de su esposa. La directora dice que estos arbolitos son como el golf o el fútbol en la tele algunos hombres que se jubilan, quizá, demasiado pronto. Pero Laroque quiso dejar claro que sigue queriendo a Catherine, y ella lo quiere a él.

La película muestra a una familia que, en el fondo, está unida por el amor. "Querer no es decir a todo que sí", apuntaba la directora en la presentación, en la que se le preguntó si la cinta tenía tintes biográficos. "Claro que sí, como siempre ocurre en el cine. Sueño, a veces, con ser una mosca y poder seguir a la gente y observarla en sus casas. Nos sorprenderíamos si pudiéramos entrar en la cabeza de nuestro mejor amigo o nuestros hermanos".

El actor Stéphane De Groodt es Yann en 'Dios mío, los niños han vuelto'

Chacun chez soi

Tanto la directora como los productores querían que la casa fuese un espacio familiar y dijera mucho de la familia: sus gustos, su posición social, sus aficiones... La película se rodó en una mansión de Celle-Saint-Clou, al este de París, que se escogió porque no era pretenciosa.

Dios mío, los niños han vuelto es el título que se escogió en España para Chacun chez soi, la segunda película como directora para Michèle Laroque, que antes rodó Brillantísime, su debut como directora. Es una de las actrices más populares del cine francés, aunque es una mujer cosmopolita, marcada por el estilo anglosajón: "Nací de una madre rumana que hablaba mejor inglés que francés y mi madrina vivía en Londres. Además, estudié en Estados Unidos y viví un tiempo en Los Ángeles".

Olivier Rosemberg y Stéphane De Groodt en 'Dios mío, los niños han vuelto'

De cara al Día de la madre, RTVE Play ofrece varios títulos que retratan las relaciones entre madres e hijos: películas como Felices dieciséis y Sinjar y la serie Esto no es Suecia, entre otras.

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