Desde que Aguirre puso a Jacobo Morcuende en libertad, el falso hijo de don Jaime solo piensa en una cosa: vengarse de doña Carla. Contra todo pronóstico, el joven se enamoró de la villana y le reveló su verdadera identidad. Ella, lejos de perdonarle, ordenó su secuestro y lo mantuvo cautivo en condiciones infrahumanas.
Ahora, Jacobo quiere acabar con doña Carla y está dispuesto a llegar a donde sea para ello. Por eso, ha hecho una visita a Íñigo y Matilde y les ha propuesto una alianza para acabar con la viuda de don Jaime.
“A mí el dinero de Carla no me interesa, no quiero nada de esa víbora. Quiero darle a Carla donde más le duele, su patrimonio. Es lo único que le importa a esa mujer, no es por codicia, es porque quiero que pague por todo lo que ha hecho. No voy a parar hasta verla detenida y entre rejas penando lo que le queda de vida”, ha comenzado explicando.
“Tenemos un objetivo en común, encontrar a Aguirre y tirar del hilo para descubrir la verdad. Entiendo perfectamente que necesiten tiempo para pensarlo, pero solo les pido un favor. No me delaten, solo hasta que pueda descubrir a Carla, aguanten un poco más. Para descubrirme siempre tendrán tiempo”, ha propuesto Jacobo tendiendo su mano a Íñigo.
El novio de Matilde ha rechazado el apretón de manos, haciendo entender a Jacobo que no quiere tener nada que ver con él.
"No quiero volver a verle nunca más"
Tras pensarlo detenidamente, Íñigo ha hecho llamar a Jacobo y ha decidido reunirse con él nuevamente. “¿Ha decidido creerme?”, ha preguntado él esperanzado.
“No, no es así. La única certeza que tengo es que se mueve por el dinero. Por mucho que se explique soy incapaz de perdonar que se hizo pasar por el hijo de Jaime, por el hijo de mi mejor amigo”, estallaba Íñigo.
“Usted era hijo de Jaime y yo hijo de su verdadero hijo, Jacobo. Fue mi compañero durante la guerra, y ambos teníamos pensando venir a Madrid a buscarnos la vida. Nos capturaron, usted sabe lo dura que puede ser una guerra. Suplir su identidad no fue algo premeditado, fue una situación de emergencia”, se excusaba él intentado hacerle entrar en razón.
“Esto es lo que me hizo su amiga Carla, espero que ahora abra los ojos y me ayude a desenmascarar a ese monstruo”, ha dicho descubriéndose las muñecas y enseñándole al novio de Matilde las heridas que le hicieron los grilletes que le puso doña Carla.
“Eso no va a pasar, porque no puedo confiar en una persona que es capaz de mantener una mentira durante tanto tiempo. Jamás voy a olvidar cunado me preguntó por don Jaime haciéndose el dolido, fingiendo interés en conocer anécdotas de su padre. No quiero volver a verle nunca más. No tengo nada que hablar con usted”, le aseguraba Íñigo.
“Pronto se dará cuenta de que se ha equivocado conmigo, adiós y suerte”, se ha despedido triste Jacobo.
¿Qué está pasando en ‘La Moderna’?
Mientras tanto en el salón de té:
Laurita no termina de fiarse de César. La actitud del nuevo gerente del Madrid Cabaret con Galán, ha hecho saltar las alarmas de la sobrina de don Fermín. ¿Qué esconderá el nuevo jefe de Inés?
En la vida de Antonia ha aparecido un admirador secreto. La dependienta se ha encontrado un bonito ramo de flores en el vestuario junto a una nota anónima. Esto ha provocado que Pietro se ponga muy, pero que muy celoso.
Doña Carla y Medina lo tienen todo bajo control. La villana y el detective están a punto de “darle la puntilla” a Matilde. ¿De qué estarán hablando? Para descubrirlo no te pierdas ‘La Moderna’ de lunes a viernes a las 16:30 en La1 y RTVE Play.