Ámbitos clave de la sociedad como la educación, el empleo, la inclusión social y la salud provocan que un cuarto de los jóvenes sean víctimas de una soledad no deseada, según revela un informe reciente publicado por la Fundación Once y Ayuda en Acción. Este sentimiento es causa y consecuencia de situaciones de bajo rendimiento o abandono escolar, de desempleo o de falta de oportunidades.
Prevalecen por partida doble los chicos y chicas que provienen de hogares con dificultades económicas, los que tienen problemas de salud, los que son discriminados y los que no tienen habilidades para relacionarse. En 'Para Todos La 2', la psicóloga Patricia Ramírez te da 8 consejos para que tus hijos aprendan a relacionarse con los demás y evitar así, una soledad no deseada.
Imagen de archivo de unos jóvenes en clase
1. Valora si se relaciona con seguridad
Las personas que se sienten inseguras tratan de complacer a los demás y evitan problemas. Este tipo de comportamientos les afectarán emocionalmente con ansiedad y miedo a decepcionar por no cumplir con las expectativas del grupo de amigos.
2. Ayúdales a encontrar grupos de referencia
Conoce las inquietudes y los intereses de tu hijo para que pueda hacer lo que más le guste en un grupo de referencia que le permita desarrollar el sentimiento de pertenencia.
3. Haz que tomen decisiones en función de sus pasiones
A tu hijo le será más fácil sentirse a gusto y relacionarse en un ambiente que sea cómodo para él y en el que se sienta plenamente identificado. Haz que tomen decisiones en función de sus pasiones.
4. Instrúyeles en habilidades comunicativas
El respeto, la comprensión, la escucha atenta o la empatía son algunos de los comportamientos que permitirán a tu hijo disfrutar de sus relaciones y profundizar en ellas.
Chico joven sentado solo en un banco.
5. Enséñales a decir 'no'
Acostumbra a tu hijo a poner límites y a decir 'no'. Las personas que no saben negarse acaban sintiéndose solas, incluso cuando están acompañadas, porque se convierten en individuos serviles que harán lo que sea por seguir perteneciendo al grupo.
6. Edúcalos en la solidaridad y la generosidad
Si son solidarios y generosos se podrán acercar a otras personas porque agrandarán el corazón propio y el ajeno. Un joven que no maneja sus emociones puede responder a según qué situaciones con agresividad, rabia o frustración. Con su comportamiento egoísta es posible que hiera a otros y que sea apartado del grupo.
7. Habla de sentimientos con normalidad
Durante muchos años se han tapado las emociones por relacionar la tristeza con debilidad o por pensar que las personas con ansiedad estaban sobrepasadas por ser frágiles. Conversa en casa sobre tus emociones y comparte con tu hijo tus preocupaciones para normalizar la expresión de los sentimientos.
8. Acéptalo tal y como es
No pretendas cambiarlo porque se sentirá rechazado e inferior al resto, y podría sacar la conclusión de que, si en casa no son aceptados, tampoco lo serán en la sociedad. En este caso, se aíslan porque se sienten diferentes y creen que por ello no merecen respeto, amor o cariño. Tu hijo necesita sentirse respaldado y apoyado con sus ideas, con su orientación sexual, con sus decisiones y con su forma de ser.