“Cristian, ¿sabes de qué me he enterado? No sé si es verdad y, por eso, ya que estamos aquí, te lo pregunto porque he flipado cuando lo he escuchado”, aseguraba Mima durante la prueba por equipos en la que participaba junto a Cristian. La aprendiz había escuchado que Cristian, hace un tiempo, quería ser sacerdote. “¿Eso es real?”, le ha preguntado la aprendiz. “Quería, pero de eso hace muchísimo tiempo. Eso era cuando yo era súper pequeño”, ha confesado Cristian. El aprendiz ha explicado que, en un primer momento, sí que valoró la idea de iniciar una formación sacerdotal pero, según ha añadido, Dios tenía unos planes diferentes para él.
Ahora, a sus 22 años, Cristian está feliz con su pareja Adrián, con quien está a punto de cumplir un año de relación. Tienen una relación a distancia, porque Cristian vive en su pueblo, pero todo parece que va viento en popa. Además, el aprendiz ha encontrado su lugar en la confección de prendas para vírgenes y santos.
Cristian echa mucho de menos a su entorno
La semana pasada, vimos cómo Cristian tenía un bajón emocional bastante considerable. El aprendiz está a gusto en Maestros de la Costura aprendiendo y saliendo de su zona de confort mientras supera complejos desafíos. Sin embargo, es inevitable acordarse de las personas de su entorno y echarlas de menos, hasta el punto de que se planteó abandonar la competición. No obstante, con el apoyo de sus compañeros y de los jueces –incluso Caprile le dio un abrazo- el aprendiz consiguió recopilar la energía suficiente para seguir adelante una semana más.
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