Ciencia y futuro

¿Cuántos músculos se necesitan para fruncir el ceño? la respuesta es sorprendente

El puente de las mentiras  
RTVE.es
3 min.

Sonreír y fruncir el ceño son formas de expresión no verbal, dos maneras de comunicarnos con los demás, aunque hablemos distintos idiomas. Son dos de las expresiones faciales que hacemos cada día casi todos los humanos, a veces de forma inconsciente. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuántos músculos entran en acción para poder hacer estos dos gestos aparentemente simples? Los movimientos de los músculos faciales han sido meticulosamente estudiados por los científicos, como Paul Ekman, que identificó siete expresiones faciales universalmente reconocibles, conocidas como microexpresiones: la alegría, la sorpresa, el desprecio, la tristeza, la ira, el asco y el miedo.

Cuando levantamos las comisuras de los labios para formar una expresión alegre, y en consecuencia sonreír, estamos utilizando apenas 17 músculos faciales. Un número relativamente pequeño en proporción al efecto tan poderoso que produce la sonrisa. Pero, ¿qué pasa cuando lo que queremos expresar es descontento, preocupación o duda? Estas emociones se suelen expresar frunciendo el ceño. Al formar esa característica arruga vertical entre las cejas, estamos poniendo en acción nada menos que 43 músculos, un auténtico esfuerzo físico.

¿Qué queremos expresar con el ceño fruncido?

Músculo corrugador superciliar

En la aparente simplicidad de este gesto se esconde una increíble proeza biomecánica de la anatomía humana. El músculo principal detrás de la formación de la arruga en el ceño es el músculo corrugador superciliar. Cuando se contrae, ejerce una fuerza que tira de la piel hacia abajo y hacia adentro, creando el distintivo levantamiento de la ceja y las líneas verticales en la frente. Este movimiento, arraigado profundamente en la experiencia humana, comunica una amplia gama de emociones, incluyendo la concentración intensa, la preocupación y el enojo.

Utilizamos la cara para expresar nuestros sentimientos

El músculo orbicular de los párpados (Orbicularis oculi o palpebrarum) desempeña un papel fundamental en el proceso de fruncir el ceño. Este músculo rodea el ojo y consta de varias secciones interconectadas que trabajan armónicamente para generar expresiones faciales complejas. La porción orbital de este músculo es la que entra en acción al fruncir el ceño, contribuyendo a la contracción de las cejas hacia el centro y hacia abajo, lo que acentúa la expresión de concentración y seriedad.

El puente de las mentiras - Programa 6 - Ver ahora

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