Al cine le gustan los malos. La fascinación por criminales, ladrones, capos de la mafia, incluso, asesinos en serie siempre atrae espectadores a la gran pantalla. Antihéroes en los que uno puede volcar su deseo por romper las reglas, traspasar los límites, ser capaces de sentirnos cómodos con el lado oscuro que todos escondemos. Tony Soprano, Walter White, Drexter… pero también Pablo Escobar o Jeffrey Dahmer. Creados desde la ficción o basado en hechos reales. Todos ellos son personajes que provocan ese hechizo por lo que está fuera de norma, especialmente cuando Hollywood no duda en humanizarlos.
Es lo que ocurrió a finales de los 80 con La fuga de Alcatraz, una cinta dirigida por Don Siegel y protagonizada por un Clint Eastwood en estado de gloria y haciendo lo que mejor se le da: ser un tipo duro e implacable. La cinta, que arrasó en taquilla y logró el aplauso de la crítica, nos sitúa en una de las cárceles más famosa de la historia del cine que da nombre al título de la película. Una prisión prácticamente inaccesible, en una isla (toda roca) de la bahía de San Francisco rodeada de tiburones, (o eso se decía).
Clint Eastwood en 'La fuga de Alcatraz' (1979)
¿Qué paso realmente en la fuga de Alcatraz?
Basada en hechos reales, Eastwood da vida a Frank Lee Morris, uno preso capaz de conseguir lo imposible, escapar de “La Roca” con vida. Siegel convierte aquella epopeya criminal en un drama de acción, con un ritmo asfixiante, pero adictivo que, con el paso del tiempo, se ha convertido en todo un clásico. El film está basado en el libro Escape from Alcatraz (1963), del escritor estadounidense John Campbell Bruce, en el que se narraban las aventuras de Morris, un criminal que poseía un altísimo cociente intelectual y puso en jaque a todos, logrando, un 11 de junio de 1962, escapar de la prisión más hermética y aislada del mundo.
Más de 60 años después, hoy día sigue sin saberse a ciencia cierta cómo fue el desenlace de esta historia. El FBI lo declaró muerto, dando por hecho que este se ahogó en alta mar, pero su cuerpo jamás fue encontrado. Le acompañaban otros tres hombres. En la última noche, uno de los ellos (Charlie Butts en la película) se echa para atrás y decide no escapar, nadie sabe por qué. De los otros dos tampoco se supo, hay decenas de teorías cada cual más inverosímil.
Frank Lee Morris, el criminal que logró escapar de la prisión de Alcatraz
Clásico en el género carcelario
El film nos recuerda a otros grandes dramas carcelarios de los que es deudor y fuente de inspiración como son Birdman of Alcatraz, con Burt Lancaster; Papillon, con Steve McQueen; Brubaker, con Robert Redford, y, por supuesto, La Roca, de 1996, en la que Sean Connery toma el testigo de Eastwood, convertido en el único hombre fugado de Alcatraz, la última esperanza para detener a un peligroso soldado (Ed Harris) cuya rebelión se ha tomado rehenes en la célebre presión.
La clave también está en la música
Ayuda mucho a adentrarse en la historia la banda sonora compuesta por Jerry Fielding, uno de los más reputados compositores para cine de Hollywood, responsable de poner música a películas como Perros de Paja, Grupo Salvaje o El fuera de ley, trabajos por los que fue nominado tres veces al Oscar. Además, Fielding terminó siendo un habitual en las películas que después dirigiría el propio Clint Eastwood.
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