Una de las historias que ocurrieron durante el confinamiento y que más han perdurado en la memoria colectiva ha sido la de Miguel Ángel Muñoz. Se hizo tendencia durante esa época de encierro obligatorio en los inicios del COVID-19 debido a los vídeos con su Tata. Y es que resulta que el actor pasó ese período tan duro con su querida Luisa Cantero, a la que grababa para sus redes sociales y que sus seguidores abrazaban desde la distancia. Dio para tanto ese apoyo incondicional, que acabó publicando 100 días con la Tata, una película de amor que les llevó a conseguir el Premio Forqué a Mejor Documental en 2022.
Eso sí, de esos largos días entre las paredes del hogar cuidando de la Tata, Muñoz se llevó hernias. Ahora el actor anuncia su fallecimiento, a los 97 años, pero siempre quedarán todas esas imágenes para el recuerdo.
Una experiencia incomparable
Miguel Ángel Muñoz ha explicado cómo vivió el confinamiento con su Tata y ha desvelado que fueron unos meses muy distintos a los de todas las personas de su entorno, ya que los pasó cuidado de ella. El actor explicaba que tenía contratadas a dos personas para que cuiden de Luisa, una que pasa la mayor parte del día con ella y otra que solo le ayuda unas horas cuando él no puede estar. Justo en la semana previa al confinamiento una de ellas tenía vacaciones y él se encargó de hacer el turno de día en su lugar, pero una semana después vio que aquello no tenía mucho sentido y que si la chica volvía a trabajar con normalidad, eso implicaría un riesgo extra para su Tata. Al fin y al cabo, es una persona externa que se introducía en su casa y que podía implicar el riesgo de contagiar el COVID-19.
Fue entonces cuando Miguel Ángel Muñoz decidió que debía quedarse en su casa con ella para cuidarla y minimizar los riesgos. Él mismo ha definido la experiencia como maravillosa, ya que nunca habría imaginado que podría compartir tantos momentos con su Tata de risas, confidencias y felicidad, y menos en una situación como esa. Por eso comenta que no sintió lo mismo que las personas que le rodeaban, él se dedicó por completo a cuidar de Luisa y disfrutar de todos esos momentos juntos, se lo tomó con un verdadero regalo del destino. A pesar de que por ello se ha llevado dos hernias, no lo cambiaría por nada, es un recuerdo que tendrá para toda la vida que le hace sentir muy emocionado al contarlo.