Tras el gran éxito de cintas como Myster River y Million Dollar Baby, que gustaron por igual a la crítica y al público, Clint Eastwood vivió unos años de un poco flojos y necesitaba una película potente para regresar al podium. Y lo logró con Gran Torino. Una historia con mensaje universal, que llega a todo tipo de públicos: habla de redención, de paternidad, de la familia que escogemos y preferimos a la que nos ha tocado, de inmigración, de respeto por el diferente, de otras formas de amar. Eastwood interpreta a Walt Kowalski, un veterano de la guerra de Corea que vive solo y amargado, tras jubilarse de su empleo en la Ford y perder a su mujer.
Es un cascarrabias que no soporta tener como vecinos a una familia de la comunidad Hmong, que han inmigrado a Estados Unidos desde Asia. La relación con sus hijos es mala y tan solo tiene una pasión: su Gran Torino de 1972, un coche que mima y cuida con recelo. Su vida es sencilla y tranquila, y acepta sus problemas de salud con entereza. Pero la paz del barrio se interrumpe de repente y el soldado que lleva dentro tomará cartas en el asunto defiendo a los más débiles, como haría el cabeza de familia, como haría un héroe.
John Carroll Lynch, un secundario de lujo, interpreta al peluquero
Rodeado de familia y amigos
En el reparto vemos a su cuarto hijo Scott Eastwood, con el que ya trabajó en Banderas de nuestros padres. Y para la música contó con Kyle Eastwood, su hijo mayor, que trabajó junto a Michael Stevens. El director y actor contrató, además, a profesionales de su confianza, como el director de fotografía Tom Stern, con quien ya trabajó en Mystic River, Million Dollar Baby, Cartas desde Iwo Jima y El intercambio. El guion lo firma Nick Schenk. Era la primera vez que trabajaban juntos y el resultado fue tan bueno que han repetido en Mula y Cry Macho. Schenk es uno de los más aclamados y ha hecho los guiones de películas como El Juez y capítulos de series como Manhunt y Narcos.
Clint Eastwood lleva caso todo el peso de la película sobre los hombros. El resto de actores no son tan conocidos, pero entre ellos destaca John Carroll Lynch, famoso por sus interpretaciones en cintas de culto como Fargo y Zodiac y en series como The walking dead y American Horror Story.
Eastwood con Bee Vanga, que interpreta a Thao Vang Lor
Sobre los vecinos asiáticos
Walt Kowalski, que no olvida sus años de soldado, tiene como vecinos a Thao Vang Lor, interpretado por Bee Vang, y a Sue Lor, interpretada por Ahney Her, ambos de la comunidad Hmong de Detroit, en Michigan. Pero, ¿Quiénes son los Hmong? Poco se sabe de esta comunidad que tiene sus raíces en China, aunque luego saltaron a otros lugares del Asia como Vietnam, Tailandia, Laos y Birmania. En la década de los 50, la CIA contactó con ellos y con la promesa de un futuro mejor se llevaron a miles de ellos para entrenarlos y que formaran parte del ejército norteamericano durante la Guerra de Vietnam. Tras la retirada estadounidense, Vietnam intervino en Laos y comenzó a matar a la comunidad Hmong, para vengarse por haber apoyado a los americanos. Algunos lograron huir y terminaron en campos de refugiados en Tailandia. En 1975, EEUU dio un gran paso y les ofreció el estatus de refugiados políticos a todo los Hmong que lo solicitaran.
Clint Eastwood con sus vecinos de la comunidad Hmong
La película ayudó a que la historia de los Hmong se conociera en todo el mundo. "Yo no sabía mucho de esta comunidad, tan solo que habían ayudado a los americanos durante el conflicto, y que una vez terminada la Guerra de Vietnam vinieron aquí como refugiados", dijo Eastwood. El actor y director quiso poner su granito de arena en la 'reparación' y los jóvenes que contrató no eran actores. Fue su forma de ayudar, dando trabajo tanto a los que intervienen en la película como a todos los que participaron en el equipo de asesoramiento para dar veracidad a la casa y estilo de vida que vemos en Gran Torino.
Sobre el Gran Torino 1972
Kowalski ha trabajado 50 años en la fábrica de Ford y ahora guarda en su garaje un ejemplar que despierta admiración y envidias, el Gran Torino 1972. Este coche da título a la película y tiene un protagonismo importante en el guion, sobre todo en el final. El viejo cascarrabias lo cuida con devoción y no deja que nadie se acerque a él. Hablamos de un modelo con historia, por el que se llegan a pagar grandes cantidades de dinero.
Clint Eastwood, actor y director
El auto que vemos en la película es auténtico. Lo compraron en Vernal, Utah, y el equipo de producción se sorprendió de su buen estado. "Hicimos un par de arreglos, como cambiar los parachoques y ese tipo de cosas, pero no mucho más que sacarle un poco de brillo. El color era perfecto, el interior magnífico y funcionaba estupendamente", decía Larry Stelling, responsable del equipo de transporte. Una década después del estreno de la película se volvió a hablar de los Gran Torino 1972, porque aparece en Fast & Furious. No hay que confundir este modelo con el que vimos en la serie Starsky & Hutch, ya que se trata de un modelo posterior, de 1975.
Clint Eastwood lleva casi todo el peso de la película en sus hombros.
La fría acogida de la Academia de Hollywood
El presupuesto con el que contó Eastwood para hacer la película fue de 33 millones de dólares y en taquilla arrasó, recaudando 270 millones de dólares. La buena acogida que la película tuvo entre la crítica y el público contrastó con la frialdad con la que fue recibida en la temporada de premios. En los Globos de Oro solo tuvo una nominación, a mejor canción (interpretada por Jamie Cullum), y en los Oscar no se habló de ella: no tuvo ninguna nominación. Ese año los gustos de Hollywood fueron por otro lado y se optó por películas como Slumdog Millionaire, El curioso caso de Benjamin Buttom, Milk, El caballero oscuro y WALL·E.
La película se llevó premios relevantes en Europa, como el César del cine francés y el David de Donatello en la categoría de mejor película extranjera. Además, el American Film Institute la incluyó en la lista de las 10 mejores películas del año. ¿Es Gran Torino una de las mejores películas de Eastwood?
Walt Kowalski no está dispuesto a que su barrio sea un campo de batalla
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