¿Los edulcorantes son malos o buenos? ¿Producen cáncer de vejiga? ¿Puedo cambiar el azúcar por sacarina o estevia y mejorará mi problema de sobrepeso o de riesgo cardiovascular? Estas son algunas de las preguntas que recibe Violeta Ramírez Arroyo en su consulta de atención primaria. A raíz de la publicación de una guía sobre los edulcorantes bajos en calorías por parte de la OMS, la doctora ha explicado cómo afronta estas cuestiones en la “Vida sana” de Las tardes de RNE, junto a Carles Mesa y Julio Basulto.
Vida Sana con Julio Basulto - Los edulcorantes bajos en calorías y la OMS - Escuchar ahora
“Tienes que dejar de tomar tantos ultraprocesados y acostumbrarte a los sabores de las cosas”, ésta es la respuesta que da a sus pacientes Ramírez Arroyo, que también es Coordinadora del Grupo de Trabajo y Alimentación de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria. Explica que parece “muy evidente”, pero que los consumidores “siempre vamos buscando la manera de seguir tomando demasiado azúcar, potenciar el sabor dulce de los alimentos”.
A continuación el dietista y nutricionista ha analizado las principales claves que la Organización Mundial de la Salud señala en su documento:
¿Qué edulcorantes desaconseja la OMS?
Acesulfamo K, aspartamo, advantamo, ciclamatos, neotamo, sacarina, sucralosa y estevia y derivados de la estevia.
¿Por qué no se aplica en otros “edulcorantes calóricos”, como “el azúcar, la miel, la panela o la melaza” o en “los azúcares bajos en calorías o los alcoholes de azúcar (polioles)”? Porque ya existe otra guía que lo aborda en estos casos, señala el dietista y nutricionista.
¿Y cómo endulzamos? Con nada. ¿Y si quiero endulzar? Reducir poco a poco la cantidad para que al final el paladar se acostumbre a que no tenga estos sabores.
Lo fundamental es que las personas sean conscientes de que los edulcorantes “no son saludables”.
¿Qué dice la OMS sobre los edulcorantes?
“Se desaconseja la utilización de edulcorantes bajos en calorías tanto para el control del peso corporal, es decir, para prevenir la obesidad como para prevenir enfermedades crónicas”, destaca Julio Basulto como conclusión principal de lo que dice la guía de la OMS.
Algunas de las creencias erróneas sobre el consumo de los edulcorantes es que son buenos “para adelgazar” o que “la estevia va a curar su diabetes”, advierte el dietista y nutricionista y añade que “no hay pruebas” y que “se desaconseja, es decir, no haga esto para controlar su peso corporal, ni para prevenir ni tratar la diabetes tipo 1 o tipo 2”.
¿Qué es el principio de precaución?
“La recomendación de la OMS se fundamenta en el llamado principio de precaución al que estamos obligados a cumplir tanto las organizaciones sanitarias como las y los profesionales sanitarios. ¿Qué dice este principio de precaución, que aparece en la Ley General de Salud Pública? Cuando hay indicios fundados de una posible afectación grave de la salud, aún cuando las pruebas sean débiles, tenemos la obligación de dar el consejo de disminuir su consumo, o en este caso, de desaconsejar su consumo”, explica el dietista y nutricionista.
“¿Cuál es el beneficio de tomar edulcorantes bajos en calorías? Ninguno, la OMS lo ha dicho. ¿Cuál es el posible riesgo? Las pruebas no son muy sólidas”, cuenta Basulto. “No han cogido a 2000 personas y les han obligado a tomar edulcorantes y a otras 2000 a no tomarlas, y las han seguido diez años o 20 años. Esto no se ha hecho”.
Seguro, pero…
“El consumo de edulcorantes es seguro desde un punto de vista toxicológico”, aclara el dietista y nutricionista. “Es decir, cuando te tomas un edulcorante, si se ha aprobado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, es porque es seguro. No da cáncer”.
Pero sí que advierte que tiene efectos negativos en la salud a escala poblacional y a largo plazo. Apunta a “un efecto indirecto” y a los ultraprocesados, aunque “faltan estudios sólidos al respecto”, estos indican que “probablemente lo que ocurre cuando alguien toma mucho edulcorante es que está tomando mucha comida basura”.
¿Por qué tomamos ultraprocesados? Basulto señala a los edulcorantes, pero también a la sal, que “tienen demasiada”; a las grasas saturadas, a “los potenciadores de sabor”, “al contexto en el que te lo tomas” o “porque te hacen comer mucho más”. Concluye que no hay una cuestión clara, “pero ante la duda y sabiendo que los alimentos ricos en edulcorantes son alimentos insanos, es mejor desaconsejarlos”.
Los edulcorantes alteran el paladar
La OMS señala que comer edulcorantes en ultraprocesados o “a palo seco” altera el paladar, es decir, que cada vez necesitas más alimentos dulces “para que tú percibas esa sensación de dulzor”. Explica que la causa de la obesidad no es porque tenga calorías, “sino porque acabas comiendo peor, es decir, empeora tú patrón de alimentación”.
Azúcar vs edulcorantes
Ante esta demonización de los edulcorantes, Julio Basulto explica que la propia OMS se muestra preocupada en la guía por si hay un aumento del consumo de azúcar, que tampoco es sano. Pero la organización de la ONU también señala que “la conciencia del efecto del azúcar sobre el público en general es bastante alta, algo que no ocurre con los edulcorantes”.
¿Y la estevia, que es un edulcorante bajo en calorías y supuestamente natural? El dietista y nutricionista explica que en este caso tampoco se recomienda su consumo y en la guía explican que se extiende a “todos los edulcorantes no nutritivos, tanto sintéticos como naturales o modificados”.
Basulto ha destacado que incluso la OMS advierte en un punto sobre la “gestión de conflictos de intereses” con el objetivo de que no se dudara de sus recomendaciones: “se siguió un cuidadoso escrutinio de los potenciales conflictos de interés de las personas firmantes del estudio”.
Y si consumo de manera ocasional, ¿qué es mejor? El dietista y nutricionista responde con una respuesta clara: “es irrelevante consumir uno u otro”.
¿Qué quiere la OMS con esta guía?
El dietista y nutricionista ha concluido el análisis con seis ideas sobre cuál es el objetivo de la OMS con esta guía:
- No quiere amargarnos la vida.
- Reducir la dependencia de los sabores excesivamente dulces.
- Poder apreciar el sabor natural de los alimentos.
- Aprender a disfrutar de una variedad más amplia de sabores.
- Disfrutar del dulce con alimentos saludables, que están al alcance de la mano, como las frutas, tanto las frescas como las desecadas.
- Persigue mejorar la salud pública y prevenir enfermedades crónicas.