En el último reto de la noche recibimos a Yong Wu, chef de Ikigai, restaurante japonés de Madrid con un sol Repsol. Y como no podía ser de otra manera, la prueba giró alrededor de la comida asiática, más concretamente en la elaboración de diferentes gyozas. Todo ello, además, con la complejidad de una prueba por batallas, donde los aspirantes se enfrentan de dos en dos: el que gane sube a la galería salvado, el que pierda, tendrá una nueva oportunidad frente a otro compañeros.
Lluis y Claudia protagonizaron la primera batalla. Mientras Jotha y Ana esperaban su turno para entrar en acción. Desde el inicio se vio a la italiana un poco perdida, trabajando a rebufo de su compañeros, sin saber 100% cómo hacer la gyoza. Y le pasó factura a la hora de utilizar la vaporera. "¿Cómo se cuece?", preguntó Claudia. Incluso llegó a sacar su lado más seductor para intentar sonsacarle información a Yong. Pero Jordi evitó que el chef invitado cayera en sus redes. El resultado fue que Claudia metió la masa de la gyoza en la vaporera pero sin rellenar, lo que dificultaría al máximo su montaje posterior. Antes de la valoración, la aspirante italiana reconoció que fue una prueba "muy difícil por no saber los pasos". "Me hubiera gustado hacerlo mejor pero todo no se puede. He dado todo lo que podía dar", reconoció.
"Voy a ser leve: es un asco"
Ya en la cata, Claudia se preparó para lo peor. Ella misma sabía que el trabajo no estaba bien hecho. Pero lo que no esperaba es que los jueces y los invitados fueran tan críticos con ella. De hecho, todos ellos intentaron no ser el "afortunado" en probar el plato. Finalmente Yong Wu dio un paso adelanto y probó. Pero terminó arrepintiéndose y Samantha le dio una servilleta para que pudiera escupir el bocado que había probado. En ese instante, el chef invitado respiró antes de dar su veredicto: "Voy a ser leve. Es un asco". Pepe quiso enumerar alguno de los errores: "No hay casi relleno y la masa está cruda". El punto final lo puso Samantha con una dura frase: "Aquí hay mucha actuación y poca cocina".
Los jueces no quisieron hacer más sangre a pesar de la mala elaboración de Claudia y dejaron ahí su veredicto. Pero Terelu quiso intervenir para animar un poco a la aspirante de cara a la siguiente batalla: "Esto es la mayor cura de humildad de la vida. Hazme caso. Aquí es donde aprendes de verdad". Aunque Claudia no lo vio así y aseguró que a ella no le faltaba humildad, prometió intentar darlo todo en la siguiente batalla, contra Jotha. En las dos siguientes batallas, también con gyozas de por medio, Claudia no consiguió darle la vuelta a la situación y frente a Jotha y frente a Ana, la italiana fue derrotada y terminó expulsada de MasterChef 11.