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¿Por qué el Monasterio de Yuste, en Cáceres, cuenta con unos jardines tan bonitos?

Noticia   Jardines con historia  
  • Carlos V se crió en Gante, donde conoció los jardines más bellos de Europa y mandó construirlos en el Monasterio de Yuste

  • Jardines con Historia recorre este bonito enclave donde el monarca mandó instalar fuentes y un estanque para pescar truchas

RTVE
6 min.

Nacido en la ciudad de Gante, donde se encuentran algunos de los jardines más bellos de Europa, Carlos V gozaba de una mirada educada en lo que hoy en día denominamos paisajismo. Así, tras abdicar en su hijo Felipe II, decidió retirarse al monasterio de Yuste, donde podía descansar, y mando trasformar el terreno en un vergel donde crecieran flores y plantas ornamentales. Una vez construido, no llegó a disfrutar de su jardín ni tan siquiera dos años.

Conocemos todas las reformas que realizó Carlos V en su retiro de Yuste, sus jardines y árboles preferidos y un grave error, en el programa Jardines con Historia, de la mano de la historiadora del arte y arquitecta paisajista española, Mónica Luengo.

¿Qué jardines encontró Carlos V cuando llegó al monasterio?

La población de Cuacos de Yuste se encuentra en la comarca de la Vera, en la provincia de Cáceres. En el siglo XV se asentaron allí varios ermitaños, que se unieron a la Orden del los Jerónimos. Construyeron una capilla y un claustro, conocido como el viejo o gótico. Como en tantas comunidades, el claustro es el corazón del monasterio, con un jardín en centro y una fuente, con cuatro caños que representan los cuatro ríos del jardín del Edén. Todas dependencias se sitúan alrededor.

El pintor Tiziano (1488-1576) fue uno de los grandes de la Escuela veneciana y es a quien prefería el emperador Carlos V para que le retratara rtve

Un siglo más tarde, en el siglo XVI, el monasterio vivió momentos de prosperidad y creció el número de monjes. Necesitaban más espacio y se construyó otra iglesia y otro claustro, el renacentista. Las plantas de los claustros solían ser medicinales, para atender a los enfermos, tanto de la comunidad religiosa como del exterior del monasterio. Los monjes cultivaban huertos de hortalizas y frutales, cereales, olivos y viñas para su sustento, y aprovechaban la madera de los castaños y de los robles del bosque colindante.

Actualmente quedan únicamente seis monjes jerónimos en España, que viven el Monasterio de El Parral en Segovia. Se trata de una orden de clausura contemplativa, dedica a la oración y al trabajo. Tradicionalmente, han cuidado de la familia real.

¿Cómo transformó el emperador el diseño de los jardines?

Carlos V decidió retirarse y abdicó la corona de España en su hijo Felipe II, y transfirió el gobierno del Imperio a su otro hijo Fernando I. En busca de una vida más tranquila, viajó a Cuacos de Yuste, y su estancia trasformó la vida y la fisonomía de la comunidad. Para alojar al monarca y a su corte de unas 50 personas, se alzó un palacio junto a la capilla, con acceso al claustro renacentista. También se instaló una rampa que comunicaba los aposentos con un jardín privado, el jardín del emperador.

El claustro nuevo o renacentista de Yuste es rectangular, como el gótico, pero mayor, y además, de dos pisos Patrimonio Nacional

No es extraño que Carlos quisiera mejorar el entorno. Nació, en 1500, en el Palacio de Pinsenhof, en Gante, perteneciente al Condado de Flandes y actualmente en Bélgica. En aquellas tierras conoció, desde su infancia, los jardines más bellos de Europa. Para su boda, escogió el Real Alcázar de Sevilla, desde donde viajó a Granada para visitar y Alhambra. Ambos lugares están plagados de cítricos, por los que tenía predilección y seguramente por eso, ordenó plantarlos en Yuste.

Junto a sus aposentos construyó un terrado, hoy con apariencia de terraza techada, que estaba destinado a alojar un espacio cubierto con fuente, decorado con macetas e incluso césped, desde cuya altura podía observar el maravilloso paisaje del que disfruta la comarca.

¿Dónde vivió Carlos V durante las obras?

Mientras dirigió las obras, Carlos V se alojó cerca, en Jarandilla de la Vera, en el castillo de los benefactores del monasterio, los Condes de Oropesa, y que hoy es Parador Nacional. Jarandilla es también una comarca cacereña muy fértil y húmeda, regada por río Tíetar. La cantidad de arroyos de la zona la convierten en un lugar plagado de piscinas naturales. Entre los cultivos más destacados están los famosos pimientos de los que se obtiene el 'pimentón de la Vera', producto con denominación de origen. Esta planta llegó de América del Sur. También se cultiva en la zona olivo, tabaco y cerezos.

El agua: imprescindible para los jardines y mortal para Carlos V

Para poder pescar truchas sin tener que bajar al río, Carlos V ordenó construir varios estanques. Además, para regar las huertas dispuestas en bancales y de los jardines, se aprovechaba el agua del arroyo de la Madroñera que atraviesa la finca. Se cree que fueron las aguas embalsadas alrededor de sus aposentos, las que favorecieron la proliferación de mosquitos que le trasmitieron la malaria. Se le practicaron sangrías y otros remedios de la época, pero todo fue en vano. El emperador fue empeorando y finalmente, falleció en septiembre de 1558 sin haber llegado a residir ni dos años en el Monasterio de Yuste.

Hoy en día, residen en Yuste dos monjes de la Orden de San Pablo Primer Eremita, u Orden Paulina de Polonia. Pawel Stepkowski y Rafal Zawada han devuelto la vida de oración a las estancias vecinas al palacio de Carlos V. Por su parte, Patrimonio Nacional ha inaugurado una senda medioambiental en la que se explican los restos de las edificaciones que todavía existen en torno al Monasterio.

Junto a sus nuevos aposentos en el Monasterio de Yuste, Carlos V mandó construir jardines y plantar cítricos, sus árboles preferidos Patrimonio Nacional

Carlos V quiso crear, en este rincón de Cáceres, un espacio íntimo y recogido donde poder disfrutar de la naturaleza. El vergel que hoy adorna el monasterio es un recuerdo de su pasado regio y nos demuestra que allí vivió un amante de los jardines.

La entrada a los jardines y otros edificios se debe comprar a través de Patrimonio Nacional, en este enlace. La visita libre dura unos 40 minutos y el horario, de martes a domingo, es de 10 de la mañana a 6 de la tarde en invierno y hasta la 7 de la tarde en verano.

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