Cultura
Dilema

Ramoncín se moja: ¿Rosalía o C. Tangana?

 Las tres puertas 
  • El músico recuerda la época en la que él comenzó a tocar y cómo ha cambiado la industria en estos años

  • Reflexiona sobre el daño que hicieron las drogas en la década de los 80

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Lorena Montón
4 min.

‘Las Tres Puertas’ se abren para recibir a Ramón J. Márquez ‘Ramoncín’, un músico que siempre dice lo que piensa, guste a quien le guste y conlleve las consecuencias que sean. El madrileño se sienta a charlar con María Casado sobre aspectos que no solo atañen a su vida profesional sino también personal, como la forma en la que nació su amistad con Francisco Umbral, cómo se movía en sus inicios en la música, un sector donde las drogas estaban muy presentes, o si le gusta más la música de Rosalía o C. Tangana.

Un ‘punky’ con la cabeza bien amueblada

Recuerda Ramoncín cómo surgió su amistad con Francisco Umbral, una historia de lo más curiosa. El escritor hizo referencia a él en un artículo de opinión que terminaba con un “Ramoncín, escápate como sea de la mierda”, algo que movió al joven artista a conocerle. “Nos comunicamos muy bien, nos caímos muy bien y le pedí que hiciera el prólogo de mi primer libro, que era un poemario”, cuenta.

También explica la anécdota del día que fue a la peluquería a buscarlo ya que Umbral se estaba cortando el pelo. Cuando el peluquero le preguntó al novelista si “este punky no se irá a mear en las plantas”, Umbral le defendió con un “este punky lee a Balzac”. “Inmediatamente me hice amigo de este tipo de personas que veía que iban un poco más allá del espejo, que querían profundizar y no juzgaban nada en absoluto”, añade.

El horror de las drogas en los años 80

El tener la cabeza amueblada hizo que Ramoncín, a pesar de llevar el pelo largo y un pendiente, algo que en sus comienzos estaba muy mal visto en España, no cayese en las redes de las drogas. “Lo que ocurrió en los años 80 es que hicimos un festival para recaudar dinero, para los afectados de la colza. Ahí estaban todos los que tenían que estar: Tino Casal, Antonio Vega, Antonio Flores… En la puerta, a la salida de los ensayos, los que vendían hachís y marihuana, regalaban la heroína, era puro marketing, algo que te engancha a la primera” rememora antes de sentenciar que aquello “mató a mucha gente” y que “la etnia gitana, lo que sufrió con la heroína, fue tremendo”.

La música antes y ahora

Precisamente el mundo en el que Ramoncín se movía, el de la música, también estaba ligado al consumo de sustancias de este tipo, algo que a él nunca le interesó. En referencia a los despachos de los empresarios dela industria, asegura que “negociaban tirándose unas rayitas... y cuando llegaba alguien que no tenía que ver con eso… Yo iba a hablar de mis derechos.”. Y es que Ramón no se dejaba engañar por ningún directivo: “A mí me temían, cuando yo iba a la compañía nadie quería sentarse conmigo, especialmente los abogados, decían que si había estudiado Derecho. Nunca nadie ha firmado un contrato por mí”.

Ramoncín reconoce que los tiempos han cambiado y que echa de menos cierto punto de rebelión contra lo establecido por parte de los nuevos músicos. Eso sí, se mantiene al día de las novedades discográficas y si tiene que mojarse a la hora de elegir entre Rosalía y C. Tangana, lo hace. “Los veo y los comprendo. Pero prefiero a Tangana cuando va toda la banda que a Rosalía sin banda en directo”, comenta antes de finalizar con que “el problema con la música es lo que se difunde, no la que se hace. Es raro la semana que no descubrió un grupo y digo ‘qué buenos son, si no se oyen en ningún sitio’. Ese es el mayor invento de los censores, la falta de difusión. La mejor manera de censurar es no difundir”.

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