Teresa Arnandis, Doctora en Bioquímica y biomedicina, explica a Mapi, la reina del conocimiento, por qué a veces nos damos calambres cuando nos tocamos. La respuesta tiene que ver con la electricidad.
Nuestro cuerpo es un gran conductor de electricidad.
“A lo largo del día vamos tocando superficies que nos van cargando de electrones. Cuando viajamos en coche, llevamos ropa sintética o zapatos de goma, acumulamos estos electrones. Cuando tocamos a una persona que no está tan cargada o tiene menos electrones, le pasamos nuestra electricidad y por eso le damos un calambrazo”, explica la experta.
La diferencia de las cargas eléctricas es lo que provoca estos chispazos. También podemos apreciar esta ‘energía estática’ cuando frotamos un par de globos entre sí y después lo acercamos a nuestra cabeza. Veremos entonces que los globos atraen nuestros pelos.
Una forma efectiva de evitar esta electricidad estática es humedecer el ambiente con un humidificador, evitar usar prendas de nailon y poliéster o evitar las suelas de goma en los zapatos. Ten en cuenta que las moquetas son una gran fuente de electricidad estática. Un truco más: al bajarte de un coche, sujeta con una mano la parte metálica y te liberarás de electrones sin dar calambrazos a nadie.
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