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'La lista negra', la película con la que Clint Eastwood mató a Harry el sucio

RAQUEL ELICES
4 min.

Todos los héroes, y sobre todo los antihéroes, terminan cayendo. El inspector Harold Francis Callahan, más conocido como Harry el sucio, tampoco se iba a librar de su desenlace final. La leyenda a la que Clint Eastwood dio vida desde principios de los 70 disparó por última vez su Magnum 44 y cerró su saga con La lista negra (1988), cuarta y última entrega del clásico que Don Siegel inició en 1971 con la película que le dio nombre.

Auténtico icono del cine policiaco, Callahan puso patas arriba la imagen recta y autoritaria con la que los agentes de seguridad eran representados en las ficciones del momento. Soberbio, malhablado, impertinente y macho desmedido, el personaje popularizado por Eastwood hablaba sin miramientos, de forma directa y cruda. Decía lo que la gente quería escuchar, aunque -en muchas ocasiones- esto se llevara a cabo de forma violenta, traspasando los límites de la ética y tomándose la justicia por su mano.

Clint Eastwood en 'Harry el sucio' (1971), la película con la que se inició la saga

Las reglas de Clint Eastwood

La participación de Eastwood en la saga fue determinante, aunque no fue su nombre el primero en el que pensaron para dar vida al inspector. Lo mismo pasó son su director. Antes que Siegel, Warner Bross pensó en Sydney Pollack o Irvin Kershner, pero Eastwood, como el inspector Callahan, terminó imponiendo sus propias reglas, su participación tenía una condición, que lo dirigiese su amigo y mentor con quien ya había trabajado en La jungla humana (1968), Dos mulas y una mujer (1970) y El seductor (1971).

Cuando Eastwood recibió la oferta de volverse a meter en la piel de Callahan a finales de los 80, el actor conservaba aún un buen estado físico, pero ya se acercaba a los 60 años y su imagen de duro se había ablandado un poco. Además, ya estaba encaminado a su carrera como director, venía de despedirse del western con la formidable El jinete pálido (Pale Rider, 1985) y de dirigir Bird, su proyecto más personal hasta ese momento.

¿De qué va La lista negra?

La trama del film parte de una “lista negra” que, a modo de juego, aventura qué personajes famosos morirán en un futuro cercano. Pero misteriosamente los integrantes del listado comenzaban a ser asesinados, lo que llevaba al Inspector Callahan a investigar quién estaba detrás del macabro entretenimiento.

Los seguidores más acérrimos de la saga disfrutarán de esta vuelta de tuerca en la que el director convierte al inspector en el objetivo doble de la trama. Por un lado, Callahan será el enclave de una red mafiosa, por el otro de un misterioso asesino en serie. Siguiendo con el guiño clásico de la saga, el personaje de Eastwood es juez y parte de la historia y esto da un plus de enredo y, aunque nos encontramos ante una película policiaca clásica, el carisma de Eastwood siempre suma.

Clint Eastwood y Liam Neeson en 'La lista negra' (1988)

Con el suspense de un thriller, La lista negra también mantiene la identidad del asesino envuelta en misterio hasta el final. La trama es divertida, hay incluso autoparodia de si misma, lo cual es de agradecer ante una cuarta entrega en la que muchos, ya encuentran demasiados clichés más que desgastados. Además, cabe destacar la presencia, entre el reparto, de dos jóvenes Liam Neeson y Jim Carrey. Este último con el excéntrico personaje con el que se labraría su fama posterior. También hay cameos interesantes, como la de un par de integrantes de la banda Guns N’ Roses.

La lista negra (1988), que podrá verse este viernes a las 22.00h en La 1, es en definitiva una despedida que, aunque para muchos no estuvo a la altura de la leyenda, fue entrañable para un personaje y una forma de hacer cine que, entonces, estaba a punto de desaparecer.

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