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La Matemática del Espejo

Antonio Orozco se hizo pasar por otro para promocionar su disco, ¿por quién?

 La matemática del espejo 
RTVE
4 min.

El camino al éxito para Antonio Orozco no fue nada fácil. Según le confiesa a Carlos del Amor en La Matemática del Espejo, el que empezó trabajando como informático en una multinacional, llamó a muchas puertas antes de ser cantante, pero parece que nunca se abría ninguna. Es entonces cuando decidió fingir tener un representante, que en realidad era él mismo: “Llamaba yo, siendo Carlos del Sol, a todas las emisoras para preparar los planes de promoción de Antonio Orozco, diciendo que era un joven que acababa de irrumpir en el panorama musical a lo bestia y le estaba yendo increíblemente bien”.

¿Por qué Antonio Orozco fingió ser su propio representante?

Según asegura el de "Devuélveme la vida", antes de lanzarse a la fama, estuvo en todos los sitios y discográficas que podamos imaginar. Tenía 28 años cuando decidió que quería elegir por sí mismo, hacer lo que le gustaba realmente, más allá de que lo que hubiera estudiado: “Trabajaba como informático y me iba bien, vamos, que estaba contento con mi vida, pero todavía no elegía. Era algo que estaba ahí, estaba por hacer”. Sin embargo, el mundo de la música se lo ponía difícil, le llegaron a ofrecer algún contrato, pero el requisito era deshacerse de la gente que había estado a su lado en el camino de ser artista, como productores y músicos, y él no estaba dispuesto a ello.

“Vicente Parrita me llevó a la discográfica donde empecé”

Un día, apareció en su vida el compositor Vicente Castro, más conocido como Parrita. El maestro de la rumba y la balada flamenca escuchó uno de los temas de Orozco y quedó maravillado, tanto que le llevó a varias discográficas: “Me dijo "¿Oye, esto de quién es?” Y yo dije: "Pues mío”. Y él: “pero ¿esto quién lo ha escuchado?". Y Orozco, confiado de que todas las discográficas a las que había se había hecho eco de sus temas, dijo: “En todas las compañías”. Pero Parrita, que ya dominaba el mundo del artisteo, no se fiaba de que lo hubieran oído en ninguna, así que le dijo: "Coge un par de CD de esos y ven conmigo, que te voy a llevar a un sitio". Fue entonces la primera vez que Antonio estuvo frente a un disquero escuchando su álbum, según ha confesado. “De repente, cuando terminó de escucharlo, me preguntó: "Me gustaría que me dijeses qué te haría falta para quedarte con nosotros". Y yo, sobrecogido: "¿Cómo? ¿Me estás preguntando...?". Y dijo: “Sí, ¿Qué necesitarías?” Y le dije: “Eh...Trabajar”.

Haciéndose pasar por su representante, logró que le escucharan en las discográficas

Por aquel entonces Antonio trabajaba en una compañía multinacional como informático: “Tenía mi trabajo, tenía una hipoteca, lo que todo el mundo, lo que se supone que te han contado que tienes que ser. No sabía muy bien. Y me pregunté: “¿Cómo lo hago?” Y dije: “¿Pues sabes qué? Lo voy a hacer, sea como sea”. Así que el catalán decidió tirarse de pleno a la piscina y, ya entendiendo cómo funcionaban las discográficas y productoras, decidió hacerse pasar por representante: “Inventamos a un personaje llamado 'Carlos del Sol'. Era un personaje que trabajaba en una disquera, que era yo mismo y me representaba a mí mismo. Lo que hacía en la disquera era preparar los paquetes y los envíos para las emisoras de radio de mis canciones y llamaba yo, siendo Carlos del Sol, a todas las emisoras para preparar los planes de promoción de Antonio Orozco, que era un joven que acababa de irrumpir en el panorama musical a lo bestia y le estaba yendo increíblemente bien. Cada disco que conseguía mandar a algún sitio y alguien me escuchaba era como un round”.

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