- 500 g de harina
- 250 ml de vino blanco
- 150 g de aceite de oliva
- 1 limón (ralladura)
- 3 cs. de matalahúva
- Canela en polvo
- 1 vaso de azúcar
- 1 vaso de aceite de girasol
- 1 pizca de sal
| - Empezamos calentando el aceite en un cazo y añadiendo la matalahúva para que infusione. Una vez coja calor, apagamos el fuego y reservamos.
- En un bol, mezclamos harina, azúcar, una pizca de sal y ralladura de limón (sin llegar a la parte blanca para que no nos amargue).
- Añadimos el aceite a la mezcla con la ayuda de un colador para no dejar pasar la matalahuva. Mezclamos e incorporamos el vino blanco. Seguimos integrando todos los ingredientes.
- Cuando ya tengamos la masa lista, la dejamos reposar durante 10-15 minutos.
- En la mesa donde vamos a trabajar espolvoreamos harina. Vertemos la masa y trabajamos la masa con manos y rodillo,
- Cuando tenemos la masa finita, cortamos cuadrados y juntamos los dos extremos del cuadrado para darle forma de pestiño.
- Repetimos el proceso.
- Cuando ya tenemos los pestiños, calentamos aceite en una sartén, y una vez está bien caliente. Los freímos y le damos la vuelta a medida que se vayan dorado.
- Los ponemos en un plato con papel absorbente para retirar el exceso de aceite y pasamos a otro recipiente donde tendremos la mezcla de azúcar y canela.
- Rebozamos bien el pestiño y ¡listo para comer!
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