El ‘Chiki-chiki’ de Rodolfo Chikilicuatre (personaje interpretado por el cómico David Fernández), que representó a España en Eurovisión en Belgrado en 2008, pasó inmediatamente a formar parte de la historia del festival como uno de sus momentos más peculiares y divertidos.
Festival de Eurovisión 2008 - Rodolfo Chikilicuatre cantó "Baila Chiki Chiki"
Y si algo define al Chikilicuatre, además de su tupé, es su mítica guitarra de juguete. Esta semana, en La Noche D, hemos conocido varios secretos relacionados con el icónico instrumento. El primero de ellos, su paradero: “En 2009, cuando me eligen a mí, fui al programa de Buenafuente y me hicieron entrega de la guitarra oficial. La buena, la de Eurovisión, la tengo yo”, asegura Soraya, “y mis hijas juegan con la guitarra del Chiki-chiki”.
“Catorce años después se ha descubierto el fiasco“
La ‘Luciana’, como fue bautizado el instrumento, ha llegado a La Noche D enfundada en un estuche y el intérprete del Chikilicuatre, guitarra en mano, ha confesado cuál fue su momento favorito de la actuación: “Empezar delante de casi 200 millones de personas con un solo de guitarra” que ha reproducido en el programa. Sin embargo, Eva Soriano ha descubierto el pastel: la melodía sonaba independientemente de las teclas que se tocasen. “Catorce años después se ha descubierto el fiasco, no tocaba la guitarra”, bromea el propio David.
Una broma de toda España
Se podría decir que la elección del Chikilicuatre fue una broma que se fue de madre. De hecho, en el certamen de 2008 consiguió mejor resultado para España que en las tres ediciones anteriores. Y fue, además, el programa más visto emitido por una sola cadena en seis años, con casi 14 millones de espectadores.
“Lo bonito es que no fue una broma de La Sexta, o de TVE, sino que, por primera y única vez, dejaron elegir a la gente, y fue una broma de todo el público, de toda España, no fui yo”, subraya el intérprete del Chiki-Chiki, que años después sería el primer expulsado de la quinta edición de MasterChef Celebrity.
Lo curioso es que, tal y como recuerda el cómico catalán, en Belgrado no se entendió como una broma. Y tampoco Raffaella Carrá se dio cuenta. “A Raffaella nadie le había dicho que Silvia Abril no hacía los pasos bien y se caía. Era un disparate. La pobre Raffaella cuando vio a Silvia caerse decía: cuidado que el suelo resbala”.