Antes de actuar en Mi gran noche en 2015, Raphael ya había triunfado en el cine. En su filmografía destaca Digan lo que digan, una cinta con la que el de Linares llegó muy lejos, cruzando incluso el Telón de Acero. Las cifras hablan por sí solas. "En España la vieron dos millones y medio de personas la película, y en la URSS 40 millones", cuenta el intérprete en el documental Raphael, desde Rusia con amor.
Estrenada en España en abril de 1968, Digan lo que digan llegó a los cines soviéticos en 1970. La película dirigida por Mario Camus, que incluía canciones como "Digan lo que digan" o "Mi gran noche", fue un éxito rotundo y convirtió a Raphael en todo un fenómeno a miles de kilómetros de su país natal. "Empezaron a crearse algunos grupos raphaelistas y así, poco a poco, estos pequeños grupos empezaron a unirse y formar grupos más grandes. Aunque oficialmente no estábamos registrados, porque en aquella época no se permitía ningún tipo de organizaciones que no fueran oficiales", recuerda Galina Sokolova, una de las conocidas como raphaelistas.
Múltiples giras en la URSS
"Por donde quiera que tú fueras, se escuchaban las canciones de Raphael, en las cafeterías, en las casas… Por todas partes", asegura en este documental dirigido por Xavier Baig y Jordi Rovira, disponible en RTVE Play. La música del de Linares, que por aquel entonces ya había participado en Eurovisión con "Yo soy aquel" y "Hablemos del amor", gustaba a distintas generaciones, y es que "todos se enamoraron de Raphael, desde los jóvenes adolescentes hasta las personas mayores de 90 años".
Raphael dio varias giras en la Unión Soviética, la primera en 1971. En sus conciertos reinaba el respeto hacia el cantante, pero también la más profunda admiración. Si en otras ciudades sus fans trataban de tocarle, allí mantenían la distancia, demostrando su cariño con ramos de flores, aplausos y coreando sus canciones. Su cuarta gira, en 1978, tuvo aires de despedida. No volvería a Moscú hasta casi dos décadas después, en 1997, años después de la desintegración de la URSS. El amor de sus seguidoras, nacido con la proyección de la película Digan lo que digan, se mantuvo a pesar del tiempo transcurrido. Raphael celebró en 1971 su cumpleaños en Moscú y todos los años las raphaelistas de San Petersburgo celebran la fecha en los canales de la ciudad al ritmo de aquella música que las conquistó entonces.