Si no queremos tener caries nos lavamos los dientes, si hace sol nos ponemos unas gafas para proteger nuestros ojos, pero si el ruido es demasiado alto ..¿Qué hacemos para protegernos? Prácticamente nada, a pesar de que hay medidas simples que podríamos adoptar.
Mientras podamos mantener una conversación normal, estaremos expuestos a un nivel de ruido saludable. Cuando el ruido que nos rodea ya no nos permite escucharnos y no conseguimos comunicarnos con los demás, debemos ponernos en alerta.
Ruido, tu enemigo invisible GETTY
Los ruidos de la vida cotidiana oscilan entre los 35 y los 85 decibelios (dB), normalmente en algún lugar entre una aspiradora y un despertador. A partir de los 85 la población manifiesta alteraciones y la recomendación es mantenernos en torno a los 50-55 dB.
Aunque varíe la percepción del sonido debemos fijarnos siempre el volumen y la duración del sonido y ser conscientes de que estar expuesto a más de 8 horas diarias y a más de 85 dB conlleva peligros.
¿Cómo frenamos la contaminación acústica?
Ruido, tu enemigo invisible GETTY
La clave está en fijarnos en la intensidad y la duración de ese sonido al que estamos expuestos. A más presión sonora, menos tiempo tardará en causar daño.
Todos generamos una ‘huella de ruido’, ser conscientes y tratar de minimizar siempre será una buena idea.
Una de las cosas más sencillas que podemos hacer es ser conscientes de los niveles de ruido que nos rodean y actuar en consecuencia. Si percibimos demasiado ruido, hay que aprender a protegerse:
1# Baja el volumen.
2# Aléjate del ruido.
3# Quéjate cuando algo esté demasiado alto.
4# Ten en cuenta el ruido a la hora de elegir el dormitorio, o cuando vayas comprar o alquilar una casa.
5# Usa tapones y canceladores de ruido cuando sea necesario.
6# Busca espacios tranquilos para descansar.
7# Utiliza auriculares a un 60% de volumen y no te excedas de 60 minutos seguidos.
8# En conciertos o discotecas no te coloques junto a los altavoces.
9# Compra electrodomésticos silenciosos para tu hogar.
10# Modera el volumen de la radio o la TV.
11# Respeta el horario de descanso.
12# Utiliza el claxon de tu coche sólo cuando sea necesario.
13# Evita lugares ruidosos: conciertos, acontecimientos deportivos o espacios multitudinarios.
14# Desplázate siempre que puedas a pie, en bicicleta o en transporte público.
15# Trata de no elevar la voz.
¿Cómo ganamos esta batalla?
La tecnología nos ayuda a cuidar nuestros oídos. La mayoría de nosotros tenemos a un clic la posibilidad de bajarnos a nuestro móvil una aplicación que nos permita medir los decibelios de nuestra vida diaria. Esto nos permitirá tomar conciencia de cuál es el volumen con el que convivimos y protegernos si nos movemos en zona de peligro.
Nos hemos acostumbrado a una vida ruidosa y nuestro enemigo se ha vuelto invisible. Vemos la contaminación atmosférica, la contaminación del agua, pero la acústica nos pasa desapercibida. No tenemos conciencia de su impacto a largo plazo, pero los expertos nos alertan: Si pierdes la audición, no la recuperarás.